El viernes día 12 de este
apacible y otoñal mes de octubre, estuve ojeando la entrevista que el señor
Artur Mas concedió a La Vanguardia, como es de obligado cumplimiento, no se la
iba a conceder a un diario de Madrid, y se queda uno perplejo con que desfachatez
se explaya este señor sinvergüenza ni prevención alguna. Todo lo que dice y
cuenta es mentira, pero la repite tantas veces como le es preguntado. Se ha
aprendido de memoria aquella frase de Goebbels de que la mentira repetida puede
llegar a parecer verdad, y ha hecho de ella su máxima política.
De todos es sabido que los
nacionalismos son muy dados a interpretar la historia a su conveniencia.
Quieren ser una nación y para ello lo primero que se necesita es un pasado
histórico y si no les vale el que tienen pues le cambian y listo. Así, sin más.
Y de esta forma se crea al héroe nacional a quien acudir anualmente a poner
flores como exaltación al patriotismo. Se eligió al señor Rafael Casanova,
quien fue herido defendiendo los intereses de D. Carlos de Austria frente a los
Borbones. Esto debemos interpretarlo como que D. Carlos de Austria era
catalanista, porque de lo contrario, ¿díganme que pinta este señor como héroe
nacional catalán? O sea, si triunfan los intereses de los Austria, los
independentistas estarían felices y no pedirían la separación de España. Bueno,
pues ellos han hecho unos apaños en la historia, y bienvenido sea el señor
Casanova como héroe nacional. (Hay otros que admiten pulpo como animal de
compañía). Esta es una de las mentiras que a base de repetir ya la tienen por
cierta. Pero vayamos a la entrevista.
Dice el señor Mas: “Cataluña
merece respeto y de momento solo nos lanzan amenazas y algún insulto”.
Si decirle a usted que no se
puede celebrar un referéndum porque es anticonstitucional es un insulto y una
amenaza, como llamaría usted el quemar
banderas españolas, las fotografías de los reyes de España, y la última
tropelía ruin de TV3. ¿Una broma? Para ser respetado hay que respetar, y
ustedes son unos irrespetuosos. Por no llamarles algo más gordo.
Otra de sus respuestas. “Mi
horizonte es la consulta y ganarla por mayoría amplia”.
Es usted como el capitán araña,
va a embarcar al pueblo catalán en una nave con una singladura incierta y
peligrosa, pero usted se queda en tierra y que sea lo que Dios quiera.
La pregunta que D. Artur haría en
el referéndum: ¿Desea usted que Cataluña sea un nuevo estado de la UE?
Por supuesto que los catalanes quieren seguir
perteneciendo a la UE. Pero como usted sabe, ya se lo han advertido el señor Almunia
y el ministro de exteriores, eso no va a ser posible, lo que sería un suicidio
para Cataluña. Nuevamente la mentira interesada.
Otra perla que denota lo
ventajista de los independentistas:”La pervivencia y solvencia de España está
en el reconocimiento de las naciones históricas que la integran tal y como se
aprobó en la constitución.”
En este caso la constitución
parece venirle bien al señor Mas, así que esta de acuerdo con ella. En caso
contrario habría que cambiarla a su antojo. De lo que se deduce que los
independentistas catalanes no quieren separarse de España, sino anexionarla y
hacer de ella lo que convenga a sus intereses.
Respecto a lo dicho por el señor
Almunia que, una Cataluña independiente quedaría fuera del euro. D. Artur
responde con la soberbia que le ciega y confunde: “¿Cómo puede ser que una
vieja nación europea no puede aspirar a encontrar una solución, cuando ya
formamos parte, tanto de UE como del Euro, para hacer una transición nacional
de estas características?
De nuevo quiere, partiendo de una
base falsa cuando denomina a Cataluña como; “vieja nación europea”, crear una verdad.
D. Artur, Cataluña nunca ha sido
nación. A lo más que ha llegado es a “viejo condado” perteneciente al “viejo
reino” de Aragón. Segunda falacia: ustedes están en la UE y disfrutan del Euro,
porque forman parte del estado español. Solos no pintan nada en Europa.
Si en verdad quiere hacer algo
bueno por Cataluña acabe con la corrupción de sus políticos que la ha
esquilmado y dejado con un déficit de 47
mil millones de €. No los busque en Madrid ni en España, los tiene dentro
de casa. Eso sí es amar a su tierra. Y si lo logra, sus ciudadanos le admiraran
y amaran, incluso más que al señor Rafael Casanova, que fracasó en su lucha por
entronizar en España a D. Carlos de Austria.