Hace unos años cayó en mis manos
una novela de ciencia ficción de la escritora estadounidense, de origen ruso,
Alissa Zinovievna Rosenbaum, más conocida por el seudónimo de Ayn Rand. El
titulo “La revolución de Atlas”. En ella, esta filosofa de pensamiento liberal
y minarquista, nos cuenta la huelga que llevan a cabo los empresarios,
inventores, investigadores, emprendedores y demás gentes productivas como
protesta contra “los saqueadores”, representada por la clase política y los
cultos religiosos. Esta huelga traerá como consecuencia el hundimiento de la
economía y el fin del estado.
De esta escritora, sonsaco uno de
los pensamientos, que parece planteado para definir la política actual en
España: “Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes
no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican, no bienes, sino
favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por
influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos
sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando
repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un
autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su
sociedad está condenada."
Esta reflexión la hizo esta
señora en 1950. Pero después de visto lo que vemos, parece que esté en estos
momentos viviendo en España.
A nuestros políticos se les llena
la boca con el cuento de los emprendedores. Incluso dedican días y días ha
crear una ley. Sin enterarse que los emprendedores no necesitan leyes, sino
apoyo económico y un mercado con solvencia suficiente para desarrollar su idea.
No tienen ni idea lo que es un emprendedor, entre otras cosas porque en su vida
han emprendido nada. Pues bien, para
comenzar un proyecto empresarial hay que comenzar pidiendo permiso a los
parásitos que se mantienen a base del trabajo y el saber de los ciudadanos.
Nuestros políticos se enriquecen
con chanchullos y corruptelas mientras las leyes, tan garantistas con el poder,
les protegen, en tanto los ciudadanos son arruinados “ametrallados” por
impuestos que ellos gestionan y se reparten en sueldos y prebendas a familiares enchufados y demás mangantes del
clan.
Ahora estudian la forma para
bajar las pensiones. Remuneración que ya han pagado los jubilados a lo largo de
toda su vida laboral. Por el contrario ellos no se bajan los sueldos, en muchos
casos, injustamente cobrados por individuos de dudosa valía y precaria cultura.
Para la vergüenza, si es que les
queda, de esta casta política, boy a poner un ejemplo que a mí me ha parecido
indignante. Nuria Martín Gutiérrez, es una bióloga de 34 años coautora en la
investigación de células madre de embriones humanos clonados. Hasta 211
trabajaba en el “Centro de Investigación Príncipe de Asturias”. Debido a los
recortes fue despedida en ese mismo año. Como contrapunto pondré de ejemplo a
un político; Ángel Carromero, 28 años.
Estudios, de Derecho y Administración de empresas. Ambas carreras fueron
abandonadas para dedicarse plenamente a la política. Oséa, licenciado en nada.
En la actualidad es Consejero Técnico en el Ayuntamiento de Madrid, distrito de Moratalaz. No se especifica en que es
técnico ni de que aconseja y a quien. A este parasito que en toda su vida va a aportar
nada a la sociedad, no le ha llegado el recorte; 50.434 € del ala al año.
Este muchacho pertenece al PP,
pero podría poner un sin fin de ejemplares iguales a este que sobreviven
parasitariamente entre las filas socialistas, Pepe blanco Aído Álvarez…
Si la señora Ayn Rand levantara
la cabeza y viera como esta pléyade de paraisitos mentales están arruinando
España, tendría que reescribir todos los estudios realizados durante su fecunda
vida.
¡Ah! Por cierto, la señorita
Nuria Martín, trabaja en la actualidad en el laboratorio de Ciencias
Reproductivas de la
Universidad de Oregón. Nosotros aquí, perdiendo el tiempo y
el dinero con el señor Carromero y compañía.
Por favor, que no se entere Europa. ¡Qué vergüenza!