viernes, 7 de junio de 2013

La España imposible.

Lo de este país, antes llamado España, ni tiene nombre ni solución.

Mientras sigamos gobernados por estos políticos desaprensivos y aprovechados que han secuestrado la titularidad del poder al conjunto de la sociedad, sus legítimos dueños en una democracia, convirtiéndolo en “una mafia legalizada”, no vamos a levantar cabeza.

Con la corrupción institucionalizada y los jueces vendidos el temor a delinquir es mínimo o nulo. Aquí “el que no roba es tonto”. Esta frase seguro que la habrán escuchado en numerosas ocasiones por personas desahogadas que, en su ignorancia, no se percatan que acaban de cargarse uno de los principales preceptos para ostentar el poder, junto con la justicia: la honestidad.

La moralidad entre la clase política española está por los suelos. Pero lo peor es que no se ve a nadie que pueda regenerar a esta legión de sinvergüenzas.

La situación ha llegado a tal degeneración que  lo mismo roba un ministro que el concejal o el alcalde del pueblo más remoto de España. Sin olvidarnos de los “seudo-banqueros”, que después de arruinar las cajas de ahorros de nuestra península, se marchaban con indemnizaciones millonarias con total impunidad. Hasta la Casa Real tiene en la lista de presuntos  familiares directos como lo son la Infanta y el yerno del Rey.

El gobierno está lleno de presuntos. La oposición un tanto de lo mismo. Pero todos continúan en sus puestos manteniendo su estatus y  prebendas. Niegan los delitos y se escudan en unas leyes clasistas que se vulneran a base de fianzas multimillonarias. Sin el menor escrúpulo, se paga en 24 horas cantidades astronómicas sin que al fiscal de turno le inquiete lo suficiente para investigar de dónde ha salido esta abrumadora cifra en tan exiguo tiempo. De esta manera, más mil filigranas jurídicas desplegadas por expertos abogados, a cuyos despachos solo tienen acceso estos cacos con corbata de seda, se alargan las investigaciones hasta el infinito procurando que el tiempo acabe por difuminar el caso hasta el olvido.

Da asco leer el periódico por la mañana y ver, un día sí y otro también, en primera plana, los mismos nombres de siempre. Personas que hasta la implicación en alguna corruptela eran gente vulgar, como vulgar era su vida y sus conocimientos. Gentes que jamás hicieron algo por los demás. Individuos que, si  destacan en la política, es por su ineptitud y sus “choriceos”. Mangantes de medio pelo que vinieron a la política a forrarse a consta de los sacrificios del resto de ciudadanos.

Todo este cúmulo de aberraciones son las causantes del desprestigio y la carencia de credibilidad que pesa sobre toda la casta casposa que nos gobierna como una losa. Estos son los que aún tienen la solemne caradura de pedirnos más sacrificios. Mientras, ellos siguen con sus mangoneos y rapiñas a cara descubierta, porque saben que no les sucederá nada. Y, para colofón a la tomadura de pelo a la que nos tienen sometidos, y por “nuestro bien”, los dos partidos mayoritarios hablan de pactos puntuales para solucionar los problemas de la crisis. Este pacto es como si ponemos a un zorro a cuidar las gallinas. Los mismos que crearon la crisis y los que la están administrando con nefastos resultados son los que van a pactar soluciones. ¡Los presuntos  mangantes son los que pretenden acabar con la mangancia! Ustedes no vienen a salvar a los ciudadanos. ¡Ustedes pactan para salvar sus culos de paja!


¡Ya está bien de tomaduras de pelo! ¡Váyanse a tomar… Fanta!  

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