miércoles, 19 de enero de 2022

Puigdemont, el prófugo traidor.

 

Lo de Cataluña no va a tener fin. Cada día hay una cosa nueva, cada vez más inverosímil y peor que la anterior. Ahora resulta que han pillado al separatista Puigdemont, negociando con Rusia la llegada de un, pequeño, ejercito para que invada Cataluña y proteja a los independentistas catalanes del Estado español, que tan mal trata a estos ignorantes y pueblerinos personajes. Esto, en un país normal de gentes normales, con una democracia bien presentada y con un gobierno sensato, se llama traición y como  está  mandado por las leyes debe ser castigado, rotundamente con prisión inmediata, sin más. Pero aquí, como no tenemos nada normal, y estamos dirigidos por un gobierno absurdo y de tontos esféricos, pues no pasa nada. Resulta que estos personajillos de opereta bufa, se ríen de toda una nación, a la que han estado esquilmando durante siglos con el cuenterete de ser independientes, porque así lo han decidido ellos, que son los más guapos, los más listos y los más majos del resto de España y por esto quieren separarse de esta pobre nación que les puso en el mapa de Europa, sin haber hecho nada para merecerlo, si nos olvidamos de sus juegos de mangantes y malas artes con España.

Pues estos son los que quieren pactar con, sus malos ciudadanos, el salir de España. En esa mesa el pacto ya está hecho; “independencia o nada” aparte de que se les done medio museo del Prado y se les pague las pensiones y los sueldos del Gobert, con Puigdemont y todos los anmistidos a la cabeza.

Pero su forma de proceder no es precisamente fiable, y poco o nada se debe confiar en ellos, porque en España también hay gente preparada y están esperando su siguiente metedura de pata para ponerles en su sitio.

La traición del prófugo del  listillo catalán no puede quedar en el olvido, y debe ser castigada con rigor. Ya se acabó el templar gaitas con perdones y amnistías de gilipollas. Cárcel a perpetuidad, por si hay algún tonto más que quiera intentar este proceso. Y quitar de en medio a los chalados que están permitiendo tanta inseguridad ciudadana.

Usted señor Puigdemont es un osado peligroso, capaz de matar por sus ideales, macarras e ilegales al que este gobierno de idiotas, le está permitiendo hacer todo tipo de mamarrachadas e inconsecuentes traiciones, sin que ninguno se atreva a ponerle en su sitio por miedo a esos ciudadanos bestias, a los que usted y la jarcia de mangantes que le acompañan se encargan de animar con sus soflamas de mala leche, para que conviertan Barcelona en una ciudad sin ley en la que no se puede vivir. Esto es en realidad, lo que este desgobierno chapucero e ignorante, está consiguiendo manteniéndoles a ustedes como socios, cosa inaceptable y fuera de toda lógica. Pero todo vuelve a su lugar, pues el tiempo no podrá aguantar tanta irresponsabilidad. A ustedes, jarcia, solo les mantiene en su lugar absurdo, la indignidad de un gobernante traidor a sus ciudadanos y al país que le ha permitido vivir, inconsecuentemente, con su avión y figüreos por el mundo. Ya le falta menos.   

Lo triste, no es que se vaya, es como va a dejar este pobre país, antes llamado España.