viernes, 1 de noviembre de 2019

Un tramposo profesional.


Lo del okupa  de la Moncloa está claro, es un tramposo profesional, está vendiendo una mentira a todo el mundo sin que se le mueva un músculo de la cara tan dura que tiene.  El que no lo ve es porque no quiere.
Dice tener un master que ha copiado, un libro que no ha escrito y su semblante  mantiene su postura habitual sin que nadie ni nada la alteren. Dice estar en contra de los fascistas independentistas y bajo cuerda disimuladamente les ofrece, poco a poco, la inmunidad y que sean parte un embrollo de lo que llaman “nación de naciones” y de esta manera tratar de salvar a sus amiguetes traidores e irreflexivos golpistas. A este fantasioso y vanidoso presumido no quiere ser presidente de España para solucionar los graves conflictos que nos competen, él puede vivir en ascuas, tan tranquilo, durante  cuatro años de mandato siempre que cobre bien y pueda ir de un lado a otro en avión . a este bello majadero lo que de verdad desea es la fama, sea a costa de lo que sea. Para él España es un juego que le resulta rentable, pues nunca un mediocre de medio pelo,  podría conseguir algo tan grande. Solo tienen que fijarse ustedes en la forma de andar, sus posturas en el avión con sus gafas oscuras al estilo de los presidentes USA, sus retrasos en quedarse a saludar junto al Rey, hasta que los de protocolo le dicen que desaparezca, la sonrisa  pedante aunque vacía  y altanera, todo un crac de la sandez humana.
Pues a este mezquino gris y anodino, es el que quiere ser, por amor a sí mismo, el futuro presidente de España, un mago de lo chabacano e indigente intelectual que puede cambiar la historia de  la España democrática o lo que sea. Yo no me creo nada de lo que dice, sin querer hacerlo todo es mentira. Es su condición.  Si fracasa, como muchos ya vemos, ya vendrá otro que lo arregle, él ya tuvo  su momento de gloria, que le quiten lo bailado.
Pero a parte de pasar a la historia por destruir un país tendrá el reconocimiento de sus camaradas “progres” de haber exhumado al dictador Franco para gloria del caudillo de España. Pírrica victoria para su currículum. Pero si no le gusta, va usted y lo cambia. Conociéndolo…

Pacifistas puros.


Ana Pardo de Vera, es la directora del periódico Público, ha dicho que la violencia policial en Barcelona es más grave que la de los “indepes” catalanes, ya que estos últimos son unos chiquillos. Además, la policía va muy bien pertrechada, con cascos, porras y escudos, y los pobres chiquillos solo llevan lo puesto… más adoquines que lanzan, “pacíficamente” contra los escudos de los tremendos guardias. Queman Barcelona, pero son hogueras que  hacen jugando, ¡Ya se sabe como son los chavales! Te lanzan bolas de acero con tira chinas, ¡con qué iba a ser si son unos chavales! Pero es que los policías disparan pelotas que pueden hacer mucho daño a esas pobres criaturas. A uno de los guardias le rompieron el casco con una de esas canicas de acero, el hombre quedó inconsciente, pero como dice uno de los golpistas, parodiando al genial Gila: “Si no sabes aguantar una broma, te vas del pueblo”. Y es que estos policías no han entendido que estos actos son pacíficos, como dice Quim y el gobierno de Sánchez, que aún no ha encontrado razón alguna para detener al Quim Torra y aplicar el famoso 155 pero de verdad, sin más tomaduras de pelo al sufrido ciudadano. No se puede “ser más demócrata que los sufridos españoles que escuchamos estas cosas sin alterarnos. Hasta que punto llega  esta maravilla que el mismo Torra, que es quien manda a los policías a dar palos a los obedientes y bellísimas personas de los “indepes”, quien manda ahora hacer una investigación de la dureza de los policías. Digo yo: si el fascista y desquiciado Quim está como un cencerro, debemos el resto de españoles aclamarle, como si de un gran estadista democrático se tratara, como esta desequilibrada nos hace creer con sus artículos. O podemos discrepar si notamos que los políticos  amorales están en otra cosa.
No olviden el nombre de Ana  Pardo, sin mucho tardar la darán el premio al más tonto del reino. ¡Al tiempo!