El otro día, como tengo costumbre
hacer a diario, leí perplejo las acusaciones que el presidente de la República Bolivariana
de Venezuela, Nicolás Maduro Moro, dedicaba
al señor Rajoy, sin ninguna decencia o pudor.
Este prohombre sudamericano, se
subió al estrado revolucionario “chavista” vestido con su “chandarito”
multicolor, con el que está “elegante a la par que sencillo” y sin
encomendarse, ni dios ni al diablo, asesorado sin duda por el pajarito en que
su mentor, señor Chávez, se ha reencarnado, viniendo a turbar sus siestas
caribeñas, abrió sus fauces de mono aullador y comenzó con la vieja letanía aburrida
y sectaria de los “dictadorzuelos” populistas del cono sur.
Resulta que Rajoy y la clase política
española es de lo más corrupta de Europa. Aparte, Rajoy es el brazo financiero
de la derecha fascista venezolana. Es el “padrino” de la mafia que ayuda a su
opositor Capriles a dar un golpe de estado. Con la aquiescencia al parecer, del
gobierno chileno.
La vehemencia demente de este
individuo solo puede ser comprendida desde el prisma de la incultura inocente
de los sufridos ciudadanos de su país.
Este inope funcional de dudosos
valores intelectuales, que ha cerrado aquellos periódicos y televisiones de su
país que no fueran afines a su trasnochado y
utópico movimiento político. Que
poco a poco está aniquilando a la oposición y a todo aquel que no piense
como el. Cuyo triunfo electoral está en entredicho y, como principal gestión
política hasta la fecha, está en la compra de, no se cuantos miles de rollos de
papel higiénico. Este dechado de virtudes
democráticas, quiere dar lecciones de honradez libertad y democracia a un
presidente que ha sido elegido democráticamente y logrado, limpiamente, una mayoría absoluta.
No sé quien fue que dijo: “los
tontos son como los cántaros, cuanto más vacíos están, más ruido hacen al
caer”, pero era un fenómeno.
¿Qué hacer ante esta situación y
con semejante individuo? ¿Llamamos a consulta al embajador de turno? ¿Hacemos
una protesta formal? ¿Exigimos explicaciones, y que se disculpen por los insultos y falacias
cometidas, al igual que ellos con el cuento del avión de Evo?
A los tontos lo mejor es
obviarlos. Si les das chance cogen confianza y se vienen arriba y no hay peor
cosa que un tonto que se crea importante.
Señor Maduro, siga con su chándal
multicolor y no deje de hacer caso al pajarito. Dígale que le enseñe a volar
por si acaso en algún momento tiene que salir zumbando. Olvídese del señor
Rajoy. Últimamente ni habla ni hace caso a nadie. Menos a usted. Y quite esta
obsesión que tiene usted por España. Vuelva a atacar al imperialismo USA, que
es más socorrido y seguro que le gusta más a los Castro y a sus votantes.
Lo que hay que hacer para que no
te expropie este “demócrata de toda la vida”.