sábado, 27 de abril de 2013

Asalto a Burguillos.


Burguillos es un bello pueblo andaluz a 23 Km de Sevilla. Con una superficie de 42Km cuadrados y una población  de 6.286 habitantes. Es en este ayuntamiento donde Manuel Caramé García, esposo de la Consejera de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Andalucía, la señora Carmen Martínez Agüayo, (la señora de la fotografía. Es importante que vayamos conociendo a quienes nos toman el pelo y además se ríen) ha enchufado de noviembre de 2004 hasta junio de 2008 a razón de 909 € mes, camuflado como “trabajos de asesoramiento urbanísticos”. Trabajos que jamás existieron y por los que este señor se llevó a su casa 40.000 €.

 La noticia está ahí, con nombres y apellidos. Y digo yo: si sabemos quienes son, en que lugar viven y donde trabajan. ¿A que espera la autoridad competente para coger a estos asaltantes, recoger el dinero robado y ponerlos en su sitio?  Y esta señora, nada menos que Consejera de Hacienda, puesto que se supone de alta  responsabilidad, no en vano maneja los dineritos de todos los andaluces, cuya honradez esta en entredicho, puede continuar en su cargo siendo “presuntamente” prevaricadora. ¡Tan alto ha llegado la inmoralidad  que no hay, entre todos los jueces y fiscales andaluces-españoles un hombre valiente y justo que coloque a toda esta jarcia de sinvergüenzas en su lugar!

Yo siempre me he considerado una persona de ley y orden, pero viendo los atracos y desfalcos de todos estos indeseables cada vez entiendo mejor las manifestaciones reivindicativas de los ciudadanos.

Burguillos no es el único Ayuntamiento asaltado por esta recua de indocumentados. Ni Caramé García el único caradura de Andalucía-España, pero sí un ejemplo claro de quienes son los que nos gobiernan.

Burguillos; 42Km cuadrados, 6.286 habitantes. Un presupuesto municipal de 3,5 millones de €. Una deuda de más de 70 millones de €. De los alcaldes anteriores ¿hay alguno en la cárcel? Pregunto ingenuamente.

¡Y quieren ser europeos!

martes, 23 de abril de 2013

El circo de Cataluña.


La Nació catalana, como les gusta llamarse a los nacionalistas, es un foco de espectáculo permanente. Su locura independentista y el afán de protagonismo de sus dirigentes, está llevando a esta autonomía del mediterráneo hispano al esperpento tremebundo.

Al amparo del atolondrado anhelo de una hipotética nación, ha surgido una estirpe política en Cataluña cuyas actuaciones, en muchas ocasiones, raya el ridículo.

No hay peor cosa que desear aparentar lo que uno no es, y toda esta casta de vividores que representan a Cataluña, con sus actuaciones y declaraciones, están haciendo un flaco favor a esa tierra que dicen amar tanto. Los viajes a Rusia y al parlamento europeo de Mas y la comitiva de comedores que le siguen, fue un fracaso total, muy comentado por la prensa libre del estado español. Si lo que querían era promocionar Cataluña como nación, no solo no lo lograron, sino que hicieron el ridículo. Pero esto no lo sabe, o no quieren saber, los ciudadanos catalanes informados por los periódicos subvencionados por la generalitat. Ese prensa sumisa que come de la mano de los políticos de turno y son incapaces de informar, a la sociedad catalana, con la veracidad que exige la libertad de expresión.

Para que no falte de nada en este circo nacionalista, las últimas declaraciones de Pujol producen vergüenza ajena. Asevera que en España no funciona nada.  Ni el Tribunal Constitucional,  ni el Tribunal Supremo. Precisamente las dos instituciones que han parado los pies a las ansias independentistas. Esperemos que del Tribunal Supremo de Justicia de Cataluña, ante el que su hijo, Oriol Pujol, ha tenido que comparecer por la trama corrupta de la ITV, no le suceda lo mismo que al español y falle a favor de su vástago. Esto dejaría claro lo bien que funciona  la justicia en Cataluña. En caso contrario, nos encontraríamos ante un caso fragante de ineptitud y provocación del estado español. Ya es sabido que todo lo que perjudique a la familia Pujol es un invento de Madrid para desprestigiar a Cataluña. Pues ya saben ustedes que Cataluña es Pujol, Mas y compañía. Además de las familias de estos y de algunos privilegiados amiguetes de ellos.

Si el señorito Oriol dice que “sus gestiones se hicieron en el interés público y del país, y que las llevó acabo para organizar el complejo mapa de las estaciones de la ITV. ¿Quién es el TSJC para acusarlo de tráfico de influencias y  poner en duda su honradez y amor a la patria catalana?

Respecto a su esposa, acusada por la Agencia Tributaria de lucrarse en este proceso de reconversión, está claro, según él mismo dice, “son interpretaciones totalmente falsas y erróneas.” Faltaría más. Y el dinero que saco de su amada tierra, fue también por el bien de Cataluña. Es decir, de ellos que para eso son Cataluña. Todo es cosa de Madrid. Lo de siempre ya produce risa.

Pero no acaba aquí la cosa. Para que el espectáculo se asemeje más al “Circo Mundial”,  el señor Mas, reunido con sus incondicionales y eufórico por los aplausos y vítores, añade más agua a la sopa y refiriéndose a lo anteriormente expuesto dice que; España daña los símbolos referenciales de Cataluña. Si lo que desean es hacerse conocer como nación en Europa y esta se entera que los símbolos referenciales son estos impresentables, bien  vamos.

Si el presidente de un gobierno es el valedor de semejantes personajes, imputados por corrupción, poniendo en tela de juicio a la justicia  y sus tribunales, Europa solo puede pensar que se trata de un gobierno bananero donde las castas gubernamentales tienen la potestad de hacer y deshacer a su antojo por encima de leyes y normas y siempre en beneficio propio.

Ustedes con su política pueblerina y su incapacidad son los únicos culpables del deterioro económico de su autonomía. Dejen de echa la culpa de sus fracasos a los demás, son ustedes incapaces de solucionar los problemas que, día a día y cada vez más, sufren los ciudadanos de su autonomía. Son ustedes unos caraduras. Cuando se les acabe el chollo de Madrid, ¿a quien echarán la culpa?

Que va a pensar cualquier ciudadano europeo de un país cuyo presidente ha llegado a tal punto de necedad que se ha permitido el aconsejar el tipo de libro que debe leerse sus gobernados. En la Alemania de Hitler o en países comunistas de Lenin, Mao, Stalin, Pol Pot, Fidel Castro, o últimamente Maduro, se puede comprender, pero en un país que quiere ser ejemplo de democracia, produce pena y risa.

Boy a terminar con unas palabras que le definen a usted y su grupo con diáfana claridad:
“Hay formaciones que no solo tienen falta de realismo, sino un ataque de populismo y amnesia, aparte de una alta dosis de falta de educación y grosería preocupante.”

¿Sabe quien lo dijo? Usted el otro día. Aplíquese el cuento.

sábado, 6 de abril de 2013

La Infanta Cristina y la marca España.


Según la opinión del gobierno, la imputación de la infanta Cristina no beneficia a la marca España.

Ahora se da cuenta este gobierno que la marca España puede salir perjudicada por hechos de corrupción. Ahora que un miembro de la casa real española está, presuntamente, implicado en un acto de cohecho.

La marca España estaba en entredicho y bajo sospecha mucho antes que saliera a la luz el caso Nóos, con el yerno del rey y su hija imputados como presuntos malhechores. Sólo tenemos que dar algunos nombres para imaginarnos el concepto que tiene de la marca España el resto de Europa; Gurtel, Barcenas, Vidal Cuadras, Oriol Pujol, el robo de los ERE y los “señoritos”, presuntos jefecillos del desfalco de Andalucía, Chaves, con su hijo el comisionista, y Griñán, el caso Campeón, con el hombre de la gasolinera, Pepe Blanco. Y así un largo etcétera. Todos ellos presuntos y todos ellos continúan ostentando su cargo y cobrando del presupuesto nacional.

Después de esta lista de “presuntos” delincuentes, aún mantenidos por el erario publico, ¿qué concepto puede tener Europa de la marca España?

Con esto no quiero disculpar a la infanta y su marido. Todo lo contrario, si se demuestra su implicación en cualquiera de los actos delictivos de los que son acusados, deben ser procesados y castigados según propongan las leyes correspondientes.

Si así sucede, la marca España quedará libre de sospechas. Si la ley, según dijo el rey, es igual para todos y es aplicada en consecuencia, sea quien sea el reo, el mundo entero verá que en España funciona, impecablemente, la justicia democrática. Pero es importante que se les  aplique a todos con la misma firmeza,  sin olvidarse de toda la ristra de presuntos chorizos. Los españoles necesitamos ver que todos los que nos han esquilmado, comienzan  a entrar en la trena. De lo contrario, adiós a la democracia.

En cuanto a todo lo que están pasando la casa real y la infanta Cristina, sólo ellos tienen la culpa. Para ser rey hay unas normas que cumplir, y la casa real española se las ha ido saltando a la torera. De su cumplimiento depende que la institución sea apreciada y pueda mantenerse en el tiempo. Uno de estos preceptos  está en el matrimonio; éste se debe producir entre miembros de la realeza. Para ser rey hace falta una educación determinada. Ahí esta el ejemplo de nuestra reina. Una mujer educada para el difícil trabajo de la regencia, labor que ha desempeñado, hasta la fecha, con exquisita profesionalidad. Esta exigencia, que parece superflua, ha demostrado ser de gran importancia a la vista de lo sucedido.

Si no se respetan los cánones establecidos, la institución pierde la razón de ser quedando a la altura de cualquier organización plebeya. Si el príncipe y las infantas pueden conducirse a su antojo, sin respetar los límites de sus obligaciones, es un sin sentido mantener un sistema que no aporta nada a la sociedad.

El señor Iñaki Urdangarin puede ser un gran atleta, pero ni su preparación, ni su educación, son las más idóneas para formar parte de la familia real. Su proceder ha dejado en entredicho los valores regios, perjudicando gravemente a la monarquía.

Tanto para la institución monarquía como para la marca España, la salvación pasa por aceptar el fallo de la justicia, caiga quien caiga. Y usted, majestad, a aplicarse, que lo que costo tanto trabajo institucionalizar puede venirse abajo en un instante como un castillo de naipes. Le prevengo, hay mucha gente esperándolo. 

jueves, 4 de abril de 2013

Su señoría Mercedes Alaya.


De aspecto delicado, cabello oscuro, tez morena, semblante hierático, con gesto imperturbable, la mirada fija, inexpresiva y fría como la de una estatua de Miguel Ángel. Siempre impecable. Paso leve pero seguro, con el temple que proporciona la experiencia y la certeza que mueven todos sus actos, la jueza Mercedes Alaya se ha convertido, tal vez sin desearlo, en la representante de la serena belleza de la justicia. Justicia que trae por la calle de la amargura a la tropa de mangantes que alberga y amamanta en su seno la Junta de Andalucía.

Millones de euros destinados a los parados andaluces han sido repartidos entre una serie de individuos sin escrúpulos ni moral, para gastarlos en “putiferios” y drogas. Familiares y amiguetes de mariscada. Y para que no faltara nadie en esta bacanal de chorizos, UGT y CCOO, poniendo, presuntamente, el cazo. Todo ello dirigido por una trama mafiosa institucionalizada por la Junta de Andalucía para llevárselo calentito.

Pero Chávez y Griñán, los capos del chiringuito, no contaban con el carácter imperturbable de Doña Mercedes, a la que creían que iban a torear como lo están haciendo con el resto de los andaluces. Con esta incombustible jueza, les ha salido un grano que, a medida que pasa el tiempo y aumentan las investigaciones, se está convirtiendo en un tumor muy difícil de extirpar.

Esto no ha hecho más que empezar. Lo saben y los nervios comienzan a aflorar entre los implicados que esperan ser llamados a declarar. Entre ellos, a nadie le cabe la menor duda, que estará el presidente de la junta, señor Griñán. Produce cierta hilaridad escucharle, en sus últimos manifiestos, ofrecer sus servicios para esclarecer el robo de los ERE. Y patético el “totum revolutum” que pretende formar, juntando el escarnio de los ERE con el caso Barcenas y el asunto de la Gurtel, tratando de confundir al personal y salvar su cabeza.

Pero mientras sus maquinaciones fracasan una tras otra, la picadora de golfos de la Sra. Alaya sigue en marcha sacudiendo, implacablemente, los higadillos de la corrupción.

Si Doña Mercedes continúa aplicando la justicia con la misma rectitud y contundencia como hasta ahora, y no se ve motivo para pensar que no sea así, a más de uno de estos pillos, se les va a caer la cara de vergüenza. Si es que aún les queda un ápice de dignidad.

¡Ah! Se me olvidaba; Señor Lanza: espero que para entonces  no se ria del sufrimiento de los parados a los que usted ha estafado.