lunes, 17 de junio de 2013

Ayn Rand y la política española.

Hace unos años cayó en mis manos una novela de ciencia ficción de la escritora estadounidense, de origen ruso, Alissa Zinovievna Rosenbaum, más conocida por el seudónimo de Ayn Rand. El titulo “La revolución de Atlas”. En ella, esta filosofa de pensamiento liberal y minarquista, nos cuenta la huelga que llevan a cabo los empresarios, inventores, investigadores, emprendedores y demás gentes productivas   como protesta contra “los saqueadores”, representada por la clase política y los cultos religiosos. Esta huelga traerá como consecuencia el hundimiento de la economía y el fin del estado.

De esta escritora, sonsaco uno de los pensamientos, que parece planteado para definir la política actual en España: “Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican, no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."

Esta reflexión la hizo esta señora en 1950. Pero después de visto lo que vemos, parece que esté en estos momentos viviendo en España.

A nuestros políticos se les llena la boca con el cuento de los emprendedores. Incluso dedican días y días ha crear una ley. Sin enterarse que los emprendedores no necesitan leyes, sino apoyo económico y un mercado con solvencia suficiente para desarrollar su idea. No tienen ni idea lo que es un emprendedor, entre otras cosas porque en su vida han emprendido nada.  Pues bien, para comenzar un proyecto empresarial hay que comenzar pidiendo permiso a los parásitos que se mantienen a base del trabajo y el saber de los ciudadanos.

Nuestros políticos se enriquecen con chanchullos y corruptelas mientras las leyes, tan garantistas con el poder, les protegen, en tanto los ciudadanos son arruinados “ametrallados” por impuestos que ellos gestionan y se reparten en sueldos y prebendas a  familiares enchufados y demás mangantes del clan.

Ahora estudian la forma para bajar las pensiones. Remuneración que ya han pagado los jubilados a lo largo de toda su vida laboral. Por el contrario ellos no se bajan los sueldos, en muchos casos, injustamente cobrados por individuos de dudosa valía y precaria cultura.

Para la vergüenza, si es que les queda, de esta casta política, boy a poner un ejemplo que a mí me ha parecido indignante. Nuria Martín Gutiérrez, es una bióloga de 34 años coautora en la investigación de células madre de embriones humanos clonados. Hasta 211 trabajaba en el “Centro de Investigación Príncipe de Asturias”. Debido a los recortes fue despedida en ese mismo año. Como contrapunto pondré de ejemplo a un político;  Ángel Carromero, 28 años. Estudios, de Derecho y Administración de empresas. Ambas carreras fueron abandonadas para dedicarse plenamente a la política. Oséa, licenciado en nada. En la actualidad es Consejero Técnico en el Ayuntamiento de Madrid, distrito  de Moratalaz. No se especifica en que es técnico ni de que aconseja y a quien. A este parasito que en toda su vida va a aportar nada a la sociedad, no le ha llegado el recorte; 50.434 € del ala al año.

Este muchacho pertenece al PP, pero podría poner un sin fin de ejemplares iguales a este que sobreviven parasitariamente entre las filas socialistas, Pepe blanco Aído Álvarez…

Si la señora Ayn Rand levantara la cabeza y viera como esta pléyade de paraisitos mentales están arruinando España, tendría que reescribir todos los estudios realizados durante su fecunda vida.

¡Ah! Por cierto, la señorita Nuria Martín, trabaja en la actualidad en el laboratorio de Ciencias Reproductivas de la Universidad de Oregón. Nosotros aquí, perdiendo el tiempo y el dinero con el señor Carromero y compañía.


Por favor, que no se entere Europa. ¡Qué vergüenza!

No hay comentarios:

Publicar un comentario