SE NOS VA ZAPATERO.

ZP se nos marcha y deja tras él una España arruinada, con un paro del 21%. Y un paro juvenil del 45%. Un déficit  publico del 10%. Bajadas de sueldos, congelación de las pensiones (siempre se es más fuerte con los más débiles). La subida del IVA a un 18%. La subida de los impuestos directos como la luz, o el gas. La eliminación de todas aquellas ayudas como el cheque bebé, los 426 € que prometió a bombo y platillo a los parados de alta duración, otra de sus mentiras, o las prestaciones que ofrecía la Ley de Dependencia, que nunca se pudieron cobrar por falta de dinero. Dinero despilfarrado en comprar los servicios de unos prostituidos partidos autonómicos como los nacionalistas vascos del PNV, CIU de Cataluña y Coalición Canaria, para poder seguir en el poder y continuar envileciendo la política económica y social de España. Espero tome nota el próximo presidente y no olvide a estas formaciones que solo aportan a España,  ruina y encanallamiento en la convivencia. La politización de la justicia, lo que se llamo el manchar las togas de barro, algo abyecto, a lo que se  prestaron, y aun se prestan, varios jueces y fiscales como Garzón o Conde Pumpido, indignos de llevar la carga de la toga que representa algo tan sagrado para una democracia como es la imparcialidad de la justicia. La corrupción  continuada y generalizada de las autonomías. Los fondos de reserva de la Seguridad Social disipados. Una España dividida, con una memoria histórica partidista y sectaria. Con una vergonzante y cínica manipulación histórica, que ha tratado de revivir, con una cicatería, ruindad y vileza, solo pensable entre gentes con los sentimientos más bajos y rastreros, los odios y rencores ya olvidados y perdonados por ambas partes. Porque no debemos olvidar que las dos partes contendientes es esa desgraciada guerra, sufrieron las consecuencias de la contienda. Porque, aunque le pese a Peces Barba, en esta guerra no hubo buenos y malos, como dijo en el homenaje a Santiago Carrillo, (hablando de malos o de genocidas) hubo españoles que lucharon y murieron, unos en defensa de la fé y contra los abusos de un desgraciado gobierno repoblicano sin orden  ni concierto que dejó en manos de las ordas socialístas del asesino sectario Largo Caballero y los comunístas del genocida de Paracuellos del Jarama, Santiago Carrillo. Y la otra por unos trabajadores engañados, como siempre hace la izquierda, con promesas y cantos de sirena que, como se ha visto a lo largo de todo este tiempo en los países de gobierno s de izquierda, solo traen a los ciudadanos hambre , miseria, y muerte.

 La persecución a la Iglesia, evocando lo peor del 36, buscando de forma cicatera el enfrentamiento como formula para mantener el poder y hacer de cortina de humo de la cantidad de barbaridades que se estaban cometiendo.

Las vergonzosas negociaciones con los asesinos terroristas de ETA (caso faisán).

Las complicidades traidoras con los nacionalistas separatistas, con la colaboración y ayuda en el  estatuto, anticonstitucional, de Cataluña.

Pero no termina aquí nuestro particular Calvario. Esto es solamente una pequeña muestra de la gestión desastrosa de un presidente inope, sectario e iluminado. Una desastrosa gestión hecha a base de ocurrencias  repentinas. Y digo que no acaba porque todavía sigue un año más. Un año más de incertidumbre, desasosiego social y político. Un año más de vagabundeo por Europa haciendo el ridículo, siendo la risión de propios y extraños por los distintos foros de la comunidad europea. En definitiva, un año más de penurias económicas. “España no se merece un gobierno que nos mienta”, dijo Rubalcaba. Y yo añado: ni gentes como ustedes. Si en algo aprecian a este país adelanten las elecciones, es la única manera de salvar algunos muebles. Si no lo  hacen recuerden que, cuando los gobiernos pierden la verguenza, el pueblo puede perder el recpeto. Atiendan lo que esta sucediendo en los países árebes. Piensen que si las gentes no tienen para vivir, no solo pueden perder el respeto, sino que están obligadas a perderlo, y una vez hecho ya no hay mercha atras. Son ustedes reincidentes, ¡marcense ya!