El terrorismo de los
irreflexivos y fanáticos musulmanes deja a los ingleses convulsos y apesadumbrados
sin comprender de donde sale tanto odio y maldad. Está claro que esto del
terrorismo se ha convertido en una guerra sin tregua posible. No queda más
remedio que tomarla como tal, o ellos o nosotros. No caigamos en los errores
buenistas de tratar de comprender o negociar paz alguna, lo que tenemos enfrente es una dictadura teocrática,
fanática, imposible de erradicar por medios pacifistas. Tenemos ejemplos como
la famosa Alianza de Civilizaciones del
ingenuo ZP que solo duró mientras pagaba España las reuniones con los miserables
países seudo terroristas.
La cosa no viene de ahora y
mucho menos de la fotografía de las Azores como intenta hacer creer el peculiar
presidente de Cantabria señor Revilla,
afirmación que solo denota su incultura
intelectual, los crímenes vienen desde el siglo XV en que Mahoma por mandato divino de un dios vengativo y
cruel, mandó eliminar a todo aquel que no pensara como ellos. Si queremos salvar
occidente, nuestra cultura y formas de vida, solo queda erradicar de una vez
por todas a los radicales inconsecuentes que quieren hacernos desaparecer. No
me llamen fascista por defender las formas de vida de mis vecinos y las mías,
lo advierto porque se que habrá alguna
extrema izquierda dada a la insensatez que así lo piensa. Salgan de su
ignorancia, lean el Corán y huyan de las salvas almas oportunistas.
No se fíen de las buenas
palabras de los cínicos musulmanes que predican el amor y el hermanamiento de
oriente y occidente, no existe, solo la violencia irracional dirige los pasos de
estos chantajistas estancados en la antigüedad y fanatizados por un ser victimario
como su profeta.
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