En la última reunión de los
ramadanes socialistas, Rubalcaba y su anexo, la señora Valenciano, han pedido
vehementemente la ruptura de relaciones diplomáticas con el “peligroso” Estado
del Vaticano. No seré yo quien critique la singular demanda, pues cada cual es
muy suyo de hacer el ridículo como mejor crea. Pero lo que si me parece
sorprendente es que sean Rubalcaba y Valenciano quienes lo hagan.
Rubalcaba, porque a lo largo de
toda su trayectoria política ha tenido ocasiones suficientes para haberlo hecho
y nunca se lo planteo. ¡Es más! Todo lo contrario, con los gobiernos
socialistas las relaciones con la iglesia siempre han sido correctas. Y la señora
Valenciano, porque ya tiene muchos kilómetros de recorrido oportunista e
incoherente. De cualquier manera, ambos personajes carecen de credibilidad. Algo imprescindible para
cualquiera que quiera hacer carrera en política.
El partido socialista, parodiando
a Lola Flores debiera decirles: “¡Si me
queréis irse”!
Pero no anda mucho mejor D. Artur
Mas.
A este incansable viajero no le
hace caso ni dios allá donde se presenta. Y no será porque no se esfuerza en
caer simpático. El último destino; La India.
Aquí se ha identificado con el viejo luchador por la causa de
la libertad nacional el señor Gandhi. Si fuera Sudáfrica, se manifestaría en la
forma de Mandela. Si hubiera visitado Memphis, automáticamente se trasformaría
en Martin Luther King.
He de reconocer que este comportamiento
camaleónico de los políticos catalanes no coge de sorpresa a nadie; recuerden
al ateo Carol Rovira, haciendo de “ecce homo” con su corona de espinas en Jerusalén. Todo un
clásico para poner en las camisetas de la peña.
Pero esto no es lo peor que le
puede pasar a los patrioteros catalanes con la representación de la tierra
catalana por estos majaderos. Lo peor está por venir. Lean: “La UE certifica que Cataluña no
podrá permanecer en ella si se independiza.”
Hay un proverbio chino que dice:
“La primera vez que me engañes, la culpa será tuya. La segunda será mía”.
Ciudadanos de Cataluña, aplíquense el proverbio. Las cartas están boca arriba.
En su mano está. En caso de continuar por el camino de la mentira, la culpa de
las consecuencias que traiga una hipotética independencia, será de ustedes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario