domingo, 23 de agosto de 2015

Pedro Sánchez, el mismo PSOE.

Después de que ZP dejara al socialismo hispano hecho unos zorros, se imponía un cambio radical en el partido. Rubalcaba, aunque se ofreció muy displicente y dijo tener la solución a los males del zapaterismo, subestimó a los incondicionales votantes del PSOE, quienes en esta ocasión no tragaron el cuento del intrigante compañero Alfredo, como quería que se le llamase a raíz de postularse como sucesor del insensato ZP. Su implicación en el Caso Faisán ya le había dejado, prácticamente, fuera de juego. Se necesitaban caras nuevas, nombres que hicieran olvidar el ridículo protagonizado por el anterior presidente, alguien que aportara un aire fresco y actual para  afrontar los problemas políticos y sociales por los que estaba pasando la sociedad española en aquellos  momentos. Y como revulsivo las huestes socialistas no encuentran entre sus filas a nadie mejor que a un gris y anodino Pedro Sánchez. Un economista cuya vida laboral está ligada desde siempre al partido. No se le conoce un trabajo fuera de las siglas del PSOE y sus formas y maneras son similares a las del desahuciado ZP. Simplemente sigan su devenir desde el minuto uno de ser nombrado director.

Antes entre los años 2004 - 2009 fue miembro de Caja Madrid a las ordenes de Blesa. El fue quien voto a favor de los sueldos millonarios para los directivos de Caja Madrid y en el congreso, voto en contra de investigar las causas de la quiebra de Banquia-

A estos personajes mediocres enseguida se les nota una ambición desmesurada, siempre muy superior a su valía. Solo hay que escuchar: “Es hora de reparar España y eso solo lo puede hacer el PSOE”. El PSOE tal vez pueda, pero sin usted. ¿Qué garantías pone usted encima de la mesa para hacernos pensar que es el líder que espera desesperadamente la  izquierda española? Viendo los pasos que ha dado hasta el momento todo hace pensar que usted, señor Sánchez, es un chisgarabís que anda saltando de flor en flor con tal de conseguir el poder a costa de lo que sea. Lo mismo hace un pacto de Estado con el PP, que al poco  tiempo lo hace con Podemos  para evitar que el partido más votado pueda gobernar en los lugares en los que ha ganado. Si está con los catalanes, les promete un pacto fiscal, no importándole que al poco se niegue tal acuerdo. Su palabra no vale nada, cambia usted más que una veleta. No es usted fiable.

Nadie contempla lo que va a hacer si llega al poder, pues su ambigüedad para dirigir cualquier proyecto político es manifiesta. Lo que hoy es blanco, puede ser o no mañana de otro color. Lo único que tiene usted claro es la fijación enfermiza con Rajoy  y que, como ya avisa, aunque pierda  frente a Rajoy seguirá. Esta es su autentica obsesión, seguir en el puesto de “trabajo” que le permita continuar en activo. Su  propuesta para dirigir España solo es palabrería hueca y alguna idea peregrina que se le vaya ocurriendo sobre la marcha. Igual que su antecesor, el orate ZP.


Si esto es lo  mejor del PSOE, mal se la fío.  

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