martes, 1 de marzo de 2016

Pacto entre la ambigüedad y la desfachatez.

Ayer Albert Rivera de C´s ratificó el pacto con el PSOE y pidió a Rajoy que piense más en España. Poco después dice que se equivocó al decir que no apoyaría ni a Rajoy ni al bello Pedro. Para no hacerlo siempre ha aducido las corruptelas tanto del PP como del PSOE. Deduzco por los hechos actuales que la corrupción del PSOE es mejor que la del PP, y que el bello Pedro, al ser más guapo que Rajoy, ha seducido al  moralista de C´s.
Albert, el ambiguo, a partir de este momento ha dejado de serlo para convertirse en el valedor del bello Pedro. Y para que quede constancia de ello ratifica este pacto pidiéndole a Rajoy, “el corrupto malvado”,  que sea bueno y apoye al inestable socialista. 
La ingenuidad en política tarde o temprano se paga y Albert  Rivera ya ha empezado a hacerlo. No ha pasado ni un día de la manifestación y aparatosa puesta en escena de la componenda urdida a espaldas de Podemos y ya está el bello Pedro poniendo los cuernos con la jarcia “podemita”. Ahora resulta  que el bello embaucador socialista anda mandando proposiciones indecentes a toda la jauría de partidos, partidotes, grupos, grupitos  asamblearios, independentistas y demás enemigos de España dándoles coba y ofreciéndoles lo que quieren oír. Vamos, que te ha utilizado para sus propósitos que no son otros que ser presidente a costa de lo que sea, incluido tú o, lo que es peor, traicionando a España si hace falta
Querido Albert, siempre has sido un cobarde que pretendías flotar a consta de tu ambigüedad. Niegas ser de derechas pero tampoco quieres que te cataloguen de izquierdas, sobre todo de esta izquierda rancia, inmoral e ignorante. Eso de no posicionarte políticamente puede ayudarte a salir de algún que otro problemilla pero a la larga trae como consecuencia estar en el aire como las veletas y que, una vez sabida tu postura, nadie te crea, y si un político pierde la credibilidad está acabado.                             
A tu mentor, el bello Pedro, ya le ha pasado esto y lo ha ratificado con este último movimiento de traición a España y a sus votantes. Este ególatra  inconsciente cuya  soberbia le está llevando a la desintegración, nunca podrá ser presidente ni de la comunidad de vecinos porque es un tonto de magnitudes esféricas cuya ansia  por el poder puede llevarle a la locura.
Pongamos que gana la investidura y consigue ser Presidente, y después, ¿qué? Hay alguna propuesta inteligente dentro de su programa que se puede llevar a cabo, tiene gente lo suficientemente preparada para llevar las ideas, si las hay,  a buen término.
Tal vez por esto no se atreva Rajoy a dejar en manos de este individuo el gobierno de la Nación.

Aquí, en el norte, a personajes como este que no tienen palabra de honor y andan zascandileando en su propio beneficio les llamamos “cantamañanas”. Pues usted, señor Rivera, ha dado con uno. Si quiere continuar en política olvídese de semejante personaje, su partido ya lo ha hecho, es cosa de días que desaparezca del mapa político. Que no le arrastre.

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