Ayer Albert Rivera de C´s
ratificó el pacto con el PSOE y pidió a Rajoy que piense más en España. Poco
después dice que se equivocó al decir que no apoyaría ni a Rajoy ni al bello
Pedro. Para no hacerlo siempre ha aducido las corruptelas tanto del PP como del
PSOE. Deduzco por los hechos actuales que la corrupción del PSOE es mejor que
la del PP, y que el bello Pedro, al ser más guapo que Rajoy, ha seducido
al moralista de C´s.
Albert, el ambiguo, a partir de
este momento ha dejado de serlo para convertirse en el valedor del bello Pedro.
Y para que quede constancia de ello ratifica este pacto pidiéndole a Rajoy, “el
corrupto malvado”, que sea bueno y apoye
al inestable socialista.
La ingenuidad en política tarde o
temprano se paga y Albert Rivera ya ha
empezado a hacerlo. No ha pasado ni un día de la manifestación y aparatosa
puesta en escena de la componenda urdida a espaldas de Podemos y ya está el
bello Pedro poniendo los cuernos con la jarcia “podemita”. Ahora resulta que el bello embaucador socialista anda
mandando proposiciones indecentes a toda la jauría de partidos, partidotes,
grupos, grupitos asamblearios,
independentistas y demás enemigos de España dándoles coba y ofreciéndoles lo
que quieren oír. Vamos, que te ha utilizado para sus propósitos que no son
otros que ser presidente a costa de lo que sea, incluido tú o, lo que es peor, traicionando
a España si hace falta
Querido Albert, siempre has sido
un cobarde que pretendías flotar a consta de tu ambigüedad. Niegas ser de
derechas pero tampoco quieres que te cataloguen de izquierdas, sobre todo de
esta izquierda rancia, inmoral e ignorante. Eso de no posicionarte
políticamente puede ayudarte a salir de algún que otro problemilla pero a la
larga trae como consecuencia estar en el aire como las veletas y que, una vez
sabida tu postura, nadie te crea, y si un político pierde la credibilidad está
acabado.
A tu mentor, el bello Pedro, ya
le ha pasado esto y lo ha ratificado con este último movimiento de traición a
España y a sus votantes. Este ególatra
inconsciente cuya soberbia le
está llevando a la desintegración, nunca podrá ser presidente ni de la
comunidad de vecinos porque es un tonto de magnitudes esféricas cuya ansia por el poder puede llevarle a la locura.
Pongamos que gana la investidura
y consigue ser Presidente, y después, ¿qué? Hay alguna propuesta inteligente
dentro de su programa que se puede llevar a cabo, tiene gente lo suficientemente
preparada para llevar las ideas, si las hay,
a buen término.
Tal vez por esto no se atreva
Rajoy a dejar en manos de este individuo el gobierno de la Nación.
Aquí, en el norte, a personajes
como este que no tienen palabra de honor y andan zascandileando en su propio
beneficio les llamamos “cantamañanas”. Pues usted, señor Rivera, ha dado con
uno. Si quiere continuar en política olvídese de semejante personaje, su
partido ya lo ha hecho, es cosa de días que desaparezca del mapa político. Que
no le arrastre.
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