Unas veganas “mercachifles” se han propuesto amargar la vida a los gallos
de los gallineros de España evitando reproducirse, porque al parecer, los
gallos españoles son unos violadores que
se pasan el día abusando de las pobres gallinas. Y digo yo: ¿Quiénes son ellas
para meterse en la privacidad de las gallinas? ¿Han preguntado a las
gallinas si están en desacuerdo en el tratamiento
de los “calientes” gallos, o por el contrario las gusta la forma de proceder de
los machos gallináceos? Estas taradas machistas han llegado a la conclusión que
aparearse, comer huevos o beber leche es de un machismo espeluznante. Los
huevos los rompen, porque no somos nadie para hacernos una buena tortilla de
patata con ellos, y la leche queda prohibida, pues el ordeño molesta a las vacas y teniendo nuestros
mismos derechos, según ellas, no somos quien para molestarlas. Pero a lo que
ellas no pueden tener miedo a que les pase algo similar, pues son tan feas que
jamás se las va a acercar un gallo con riesgo que las viole, jamás tendrán a
mano a ningún toro que ordeñar y su
lesbianismo, que comprendemos, solo hay que verlas, nunca lo tendrán en peligro, pero hombre dejar ser
felices a las gallinas. Que puedan darse un buen revolcón con los gallos y así
evitaremos que tengan que aprender a nadar para ir a revolcarse con los patos,
pues las gallinas a lo largo de los
tiempos siempre tuvieron fama de ser muy promiscuas, al igual que ustedes, las
anti hombres feministas lesbianas incondicionales.
Con personajes como ustedes, pronto se acababa la especie humana, todos
seríamos animales con derechos absurdos. Pobre gente. No dejan joder a los
gallos, pero nos van acabar jodiendo a todos. Al tiempo.
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