Estos chicos de
la izquierda española, han matado y enterrado al único bastión que les quedaba
para continuar engañando y viviendo a costa de la etapa de la memoria
histórica, otra mentira más que ya resulta molesta a toda persona que haya
evolucionado convenientemente a lo largo de este tiempo transcurrido desde el
36 al 2021 y hayan visto la cantidad de mentecatéces y mentiras en las que
están incurriendo para salvar su puesto de trabajo dentro del parlamento, que
les permite vivir como millonarios. Lo que siempre quisieron ser, y que por su
ignorancia y vagancia, nunca pudieron conseguir. Lo intentaron hasta con una
guerra civil, vergonzosa y asesina, tratando de eliminar a toda una clase
social, pero perdieron la guerra y solo les quedó el odio y esa fijación por el
fascismo, que ya pasó a la historia, pero que ellos, estancados en el 36, aun
tienen vivo en su oscuro currículo. Hoy en día que estos fantoches te llamen
fascista se está convirtiendo en un chiste de mal gusto. No están para más.
Pero lo que no
pueden superar es ese odio ancestral que les caracteriza. Esa rabia a todo lo
que no sea la adoración al dinero y a vivir del cuento, que es lo que
pretenden, pero no trabajando sino robándolo y matando al “fascista” que lo
posee y que es, en suma, quien no les deja trabajar para estar siempre en el
poder y manejar sus miserables vidas. Esto es más de lo mismo. Que solo buscan
el ser ricos y poderosos, solo debes fijarte en el macho alfa de Podemos y su
compañera que han pasado de tener seis mil € en la cuenta a multiplicar su
patrimonio por diez, llegando a superar en capital a muchos de los compañeros
del gobierno, incluido el presidente, Pedro Sánchez. Esto es normal entre los
rojos del mundo, como le sucedió a Lénin o Fidel Castro que estaban considerados
como los grandes fortunas de sus respectivos tiempos.
Su odio se nota
en estas personas, cuando alguno de ellos expresan sin ninguna vergüenza,
querer azotar a Mariló Montero hasta
hacerla sangrar. O la última de Máximo Pradera que ha pedido “Sacar el machete
de carnicero pera cortarle el cuello a Ayuso”. Cuello, que tal vez el no
cortaría, pero deja ahí la idea por si acaso, alguno de sus seguidores
desmadrados, se atreve a hacerlo.
Estos sinvergüenzas
y otros, como el delincuente Monedero o el argentino motorizado de Echenique,
son capaces de eso y mucho más con tal de salvar su culo, pues no tienen otra
cosa que perder que los lugares que ocupan en la actualidad, aprovechándose de
eso que desdeñan y en lo que no creen, la democracia, que con una mísera
votación le ha colocado en un lugar que ellos quisieran obtener mediante un
acto revolucionario.
No se engañen,
estos individuos no son buenas personas y tarde o temprano, tendremos que
acabar con ellos si la democracia no puede hacerlo.
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