domingo, 25 de octubre de 2015

El plan B de Pedro Sánchez.

Hasta ahora, el candidato a la presidencia del partido socialista, D. Pedro Sánchez, nos tenía en un sin vivir.
En cada mitin nos sorprende con una nueva ocurrencia. Un “si pero no” que deja  a los fieles asistentes con el alma en un puño por no poder descifrar el golpe de efecto de su enigmático líder.
Unos días se arropa con la bandera española  y se come a besos todo lo que huela a España. Al siguiente va a Cataluña  y se deshace como un azucarillo en mimos y lisonjas, con guiños de comprensión, ante los catalanistas. Ayer la reforma laboral era la panacea para solución de los problemas del mundo laboral y hoy ya no le vale.
La ambigüedad, típica de  su antecesor ZP, está alejando cada día hasta a los votantes que hace unos años eran incondicionales.
Para contrarrestar la huida masiva de sus fieles, pone en marcha su repertorio de ocurrencias, que las tiene para todos. Unas peregrinas y otras mentiras que se le nota mucho cuando las cuenta. Con ellas quiere quedar bien con todo el mundo y eso, créame, D. Pedro, es de todo punto imposible.
 El español ya no es virgen en esto de la política y es muy difícil conquistarle con demagogias y mentiras baratas.
Como quiera que las cosas no están saliendo bien y ya hay rumores que ponen en duda su liderazgo, ha llegado el momento de poner en marcha el plan B. El que nunca falla; ¡A por la Iglesia!
Es el más recurrido para tratar de capturar el voto de ultra izquierda que se ha pasado a Podemos. Además dice:”quiero reformar el Estado y convertirlo en laico.” Y lo plantea como una prioridad política. Estas cosas son peligrosísimas en manos de individuos como este, en los que no sabes diferenciar si es tonto o sinvergüenza, o ambas cosas a la vez.
Quiere hacer una ley sobre la libertad religiosa que hará desaparecer la religión en los colegios e instituir en su lugar el engendro doctrinario de “educación para la ciudadanía”.
Sea usted serio una vez en su vida, lo que en realidad pretende es acabar con la libertad de poder ser educado en la religión católica.
Este botarate tiene los mismos tics que Zapatero. El peor gobernante de España junto a Fernando VII. Aquel acabó con las cortes de Cádiz. Este con la democracia.
 Y si falla el plan B, todavía tiene el C: a por Franco y la historia interminable del Valle de los Caídos y las cunetas con los muertos republicanos en la guerra civil. De esto hace 76 años, que ni yo que soy sesentón lo viví. Pero cuando no se tiene ideas nuevas ni se las espera, lo mejor es tirar por la calle del medio.
Menuda herencia ha dejado ZP. Una replica exacta pero sin cejas.
Hay que acabar con la mediocridad y el tonto esférico en la política española. ¡Por favor!

                              

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