Con tanto jolgorio político como
estamos viviendo en estos días de despropósitos de los descerebrados
separatistas de Cataluña y las movidas locas del PSOE de Pedro Sánchez, ha
pasado casi desapercibido la
despreciable actitud del ex Comisario Europeo de la Competencia en la
UE Sr. Almunia. Recuerden que allá por el 2013 en su celo como comisario europeo, consideró ilegales
las ayudas del gobierno español al sector naval, obligando a devolver las
susodichas ayudas millonarias recibidas entre los años 2007 a 2011. El resto de
consejeros españoles explicaron al terco Almunia que todas las ayudas estaban
dentro de la legalidad vigente. Pero él prefirió hacer caso a la denuncia holandesa
y siguió adelante con su gestión. Esta drástica decisión provocó que la
industria naval española viera paralizada la construcción de varios barcos en
beneficio de nuestro competidor, Holanda. Como consecuencia, los efectos en la
industria naval española, fueron
devastadores tanto en los empleos como en el campo económico.
Afortunadamente ahora, el
Tribunal General de la UE ,
ha dado carpetazo a la denuncia de Almunia; por tanto, ha dado la razón al
Gobierno español. Pero el daño provocado a España ya está hecho.
¿Qué debe hacer España con
semejante traidor? Porque alguien tiene que pagar por semejante tropelía. Y ese
alguien no es otro que el Sr. Almunia. ¿Qué castigo se merece semejante
individuo, que prefiere dañar a su patria
y hacer de tonto útil para beneficiar a la competencia en perjuicio
fragante para su país y sus compatriotas?
En cualquier nación democrática
del mundo este gañán estaría repudiado por la sociedad y el gobierno de su
país. Pregunten a las familias de los trabajadores de los astilleros de Vigo
que se quedaron sin trabajo por culpa de este memo despreciable.
Como muy poco expulsarle de
España y retirarle el pasaporte para que no regrese jamás.
Pero seguro que no pasa nada.
Recuerden el caso Faisán. Que vergüenza de tío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario