No se los indicios de
certeza que ha visto el juez para ordenar la exhumación del cadáver de Dalí para
hacerle las pruebas de ADN que pidió una
pitonisa para demostrar que era la hija
ilegitima del genial artista, pero debían ser contundentes para ordenar
tan macabro acto.
Podía haberse evitado con
leer su biografía. Pues en ella se
constata que D. Salvador a lo largo de su vida, no demostró
precisamente que era un mujeriego impenitente, sino más bien lo contrario, la
lujuria por el sexo opuesto no era su pasión. Que se lo pregunten a su intimo
amigo el poeta D. Federico García Lorca, quienes en estos tiempos estarían
ambos celebrando el Orgullo Gay por las calles atestadas de Madrid de estos
singulares orgullosos.
El resultado, como no podía
ser de otra forma, fue negativo y por desgracia para la pitonisa sigue sin un
padre conocido, aparte de no percibir un € de la fortuna del artista y el
desprestigio total como pitonisa. Una pena.
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