sábado, 21 de diciembre de 2019

Otegi también.


La vergonzosa trayectoria que esta llevando el golfo de Pedro el bello está animando cada vez a más delincuentes políticos a apuntarse a la nueva moda del pacto. El último delincuente asesino que faltaba era Otegi, famoso en España por matar a inocentes españoles cuyo único delito fue el no pensar como él, y ahora se le recompensa con tratar de dirigir el Estado español. No sé hasta qué punto llagará el aguante de la vergüenza del bello Pedro. Hay que tener mucho rostro y muy duro para presentarse en Europa sin que se le caiga a trozos cuando los comentarios son de asombro al decir que este individuo que representa a España anda  pactando con terroristas.
Pero si es grave y de idotas tratar de ponerse de acuerdo con un criminal que quiere destrozar España, no lo es menos saber que quiere pactar el magnicida con un individuo que es capaz de traicionar a su patria con tal de poder montar gratis en avión. ¿Pedirá nuevas pistolas o se le habrán terminado las municiones? Porque, ¿de qué  puede hablar semejante patán? ¿Dónde quiere llegar el ególatra presidente en funciones y hasta qué punto la oposición va a consentir que España se convierta en Venezuela con el apoyo incondicional de la extrema izquierda del “coletas” Iglesias? Un frente popular parecido se montó la otra vez y ya saben cómo acabamos.
Desde luego, lo del asesino Otegi, infumable. Sigamos dejando que este mentecato con  ínfulas de premio Nobel siga  perturbando el país con sus ansias de presumir de “bello” presidente. Cuando queramos darnos cuenta ya no existirá España, solo será una Nación de Naciones como pretende el bailarín  Iceta. ¡Qué cabezas de pensantes!

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