sábado, 13 de noviembre de 2010

una poetisa en mi ciudad

Marisa Caballero, es la representación de la inquietud artística. Para ella cada día es un espacio temporal en el que puede descubrir algo nuevo. Lleva el arte corriendo por sus venas y la poesía en el corazón.
Hoy viene aquí, no como pintora o escultora, que también podía ser, sino como poeta, facultad que ha ido desarrollando desde su infancia, allá en el colegio Nuestra Señora de la Compasión por tierras de Aguilar de Campóo, hasta nuestros días.
Su poesía es clara, simple, directa, carente de toda retórica repelente o empalagosa.  En ella se refleja sin ningún artificio, como en un límpido espejo, poniendo en conocimiento del lector sus temores, fobias, la impotencia para superar las crueles pruebas con las que se encara la vida, “y caes y caes”, o los estados de ánimo diestramente confesados en su poema “Los colores de la vida”. Animo expuesto con honestidad sin recovecos que pueda llevar al lector a un laberinto donde perderse o tratar de disimular la realidad. 
La poesía de Marisa es ella misma, tal cual. Y en  ella se reinventa en cada nuevo poema.

                                  La Caída.  (Noviembre de 1999)

Tu reflexión es gris,
no alcanzas a ver la luz,
te encierras en ti.
Y caes y caes.

Te sientes indefensa
no encuentras salida,
no lo puedes evitar.
Y caes y caes.

Solo ves la bruma
que te envuelve,
te sientes impotente.
Y caes y caes.

Tu entorno te confunde,
estás callada, casi muda,
no hay salida.
Y caes y caes.

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