domingo, 16 de septiembre de 2012

Pasión de catalanes.


El martes día 11 Cataluña celebró la Diada, su tradicional fiesta nacional. Pero esta vez, por mor de Artur Mas, la fiesta nacional se convirtió en nacionalista e independentista.

El día amaneció maravilloso, con el sol del Mediterráneo brillando en el cielo azul. Todo era luz y color de Señeras abiertas a la brisa del mare nostrum. El Segador como música ambiental y el siempre gratificante espectáculo de los encapuchados quemando las banderas de Francia y España. (Siempre aparece alguien que fastidia un día extraordinario).

Flores a Rafael Casanova y Comes, héroe nacional, cuya hazaña consistió en ser herido en el sitio Borbónico de Barcelona defendiendo los intereses de D. Carlos de Austria, no de la nación Catalana, pues jamás existió tal nación por mucho que quieran hacerlo creer los nacionalistas separatistas que felices retozaron, bailaron y cantaron en la romería independentista.

Pero tenemos que reconocer que todo salió a pedir de boca de Artur Mas. Si lo que pretendía, como parece, era preparar su reivindicativo viaje a Madrid, hay que reconocer que ha sido un rotundo éxito.

Y ahora ¿qué? Cual será el siguiente paso. ¿El referéndum? ¿La independencia? 

Al parecer los nacionalistas se inclinan por una nación catalana dentro de la comunidad europea. Esto sería lo ideal para Cataluña y trata de vender esta idea a sus seguidores. Pero D. Artur sabe que esto es imposible, pues una vez  separada de España, Cataluña quedaría fuera de Europa pasando a  engrosar la lista de pequeños países, como Montenegro, Albania, Bulgaria, Croacia, Serbia, etc. que están a la cola esperando cumplir los requisitos económicos necesarios para poder entrar en la moneda única. Claro está, que con el tremendo déficit que arrastran los países catalanes y sin los rescates económicos del vilipendiado estado español, al que tanto denostan, la espera será larga.

También debe decir a su pueblo que las empresas perderán mercado en Europa  y especialmente en España que es, hoy por hoy, el principal mercado de Cataluña, aunque les fastidie reconocerlo.

Las consecuencias no se harán esperar, los bancos, las sucursales multinacionales y los grandes capitales, buscarán territorios pertenecientes a la zona € para invertir con mayor seguridad. Piense D. Artur, que el capital no entiende de ideologías ni sentimientos. La Caixa hoy es catalana (o de sus acreedores), pero si el dinero está en Madrid, no tendrá ningún empalago en poner su sede en la misma Castellana.

Por último. Si fracasan en su aventura independentista, como parecen apuntar estos malos augurios, ¿Qué harán ustedes? Darán la cara ante el pueblo catalán, se responsabilizarán de los desmanes económicos y el fraude político, que su soberbia irresponsable y cateta, está a punto de cometer. O saldrán corriendo por las alcantarillas, como cuando el 6 de octubre de 1934 fracasó la asonada.

D. Artur, ponga los pies en el suelo y dedique sus fuerzas a solucionar los problemas económicos y sociales que la irresponsabilidad de los últimos gobiernos de Cataluña han ocasionado.

¡Ah! En caso de referéndum, yo votaría Si a su independencia.

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