Cada día que pasa y lees en la prensa las noticias relacionadas con España, vas teniendo la sensación que nuestro país está perdido, sin mando ni gobierno. Los que fueron elegidos para pilotar la nave española, con mayoría absoluta, parece como si hubieran perdido la brújula del poder y andan dando saltos de un lado a otro apagando los fuegos que, las nefastas autonomías, van encendiendo aprovechando el momento de dislate port el que estamos atravesando.
Hace poco tiempo atrás, ninguna de las autonomías reconocía tener deudas. Todos sus respectivos presidentes se afanaban en demostrar que ellos eran los únicos que habían hecho bien las cuentas y su territorio marchaba sobre ruedas. Según las voces agoreras catalanas y socialistas, solo Madrid y Valencia, gobernadas por el PP, eran las causantes de todos los males autonómicos. Cuando la realidad nos dice que solamente Galicia, La Rioja y, que casualidad, Madrid, son las únicas que de momento no necesitan rescate alguno.

Es ahora, cuando ves la reacción de los presidentes de las diferentes autonomías a rescatar, cuando notas esa sensación de vacío de poder. Esa debilidad ante las posturas chulescas del aldeanismo separatista.
Resulta que Valencia dice pedir más dinero de lo que necesita “por si hace falta”, Murcia no acaba de decidir la cantidad que necesita, ahora pido dos, luego cinco, como si sobrara el dinero y se pudiera solicitar caprichosamente. Los catalanes siguen instalados en la demencia independentista, exigiendo al gobierno central cinco millones de € sin condiciones previas, pues están convencidos que el dinero se lo debe España y Andalucía, después de escuchar a Griñan negar una y otra vez la bancarrota a la que ha sido llevada por sus gobernantes, cuando ha olido dinero también quiere ser rescatada, pero con sus propias condiciones.


Contra los tiempos de extrema dificultad, hay que aplicar contundentes medidas. Para ramoneos ya tuvimos a Zapatero, y vean las consecuencias. O estas autonomías insolidarias entran por el aro constitucional, o la intervención. Esto es gobernar, lo demás es templar gaitas y la situación no esta para ello.
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