Las feministas siguen haciendo
estragos entre los hombres. No por su belleza y dotes de conquista, (¡Ojo! Que
no quiero decir que carezcan de belleza, lo que quiero aclarar es que yo, en mi
ignorancia masculina, no se la veo), sino por su pesadez de pasarse la vida en
perpetuo cabreo y cogiendo con papel de fumar cualquier cosa que diga el
personal masculino.
Ahora le tocó la china a Toni
Cantó, por el mero hecho de decir que un porcentaje alto de las denuncias
machistas eran mentira. Nadie va a defender la metedura de pata del antiguo
actor. Pero tampoco es para fusilarle al amanecer. No voy a ser yo quien le
defienda, pero sí diré que denuncias falsas haberlas hailas. No sé en que
proporción ni es relevante en este articulo, pero por el mero hecho que se
produzcan, hay que denunciarlas, sean dos o diez, de lo contrario no seríamos unánimes.
Por otro lado, el señor Cantó ha
pedido perdón en barios medios. Lo que significa
que ha reconocido su desliz y ha rectificado. Después de este paso de humildad
y sensatez, creo que es suficiente para dejar las cosas en paz. Pero no, las
fervientes y valientes defensoras de la mujer, pesadas como plomos, siguen en
sus trece pidiendo dimisiones y rasgándose las vestiduras, como si el señor
Cantó hubiera violado o matado a alguna de ellas. Con este mismo fervor
quisiera yo verlas cuando dilapidan a una pobre mujer por haber sido violada o
cuando una adolescente es asesinada por su propio padre por no querer casarse
con el hombre asignado por la familia. Que demuestren su fuerza y su rabia cuando
a unas pobres niñas las extirpe el clítoris y como consecuencia de ello lleguen
a morir con terribles infecciones. Pero ahí es peligroso hurgar pues los fanáticos
islamistas no les van a pedir perdón
como hizo el señor Cantó. Después de ver sus cínicas actuaciones no me merecen
ustedes la menor atención. Cada día que paso amo más a las mujeres femeninas. Esas que luchan día
a día, hombro con hombro con el hombre para sacar adelante a sus familias sin
necesidad de andar de manifestación en manifestación. Porque, eso sí, ustedes
son capaces, en el mismo día, pedir el aborto libre y acto seguido, exigir una
vida confortable para los chimpancés.
Respecto a si veo o dejo de ver
su belleza, no es por machismo, es que tengo buen gusto. Siento no ser políticamente
correcto, eso se lo dejo a los políticos y a los indigentes intelectuales que
tienen adiestrados.
Pesadas, que son unas pesadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario