domingo, 3 de marzo de 2013

Feministas. ¡Que pesadas!


Las feministas siguen haciendo estragos entre los hombres. No por su belleza y dotes de conquista, (¡Ojo! Que no quiero decir que carezcan de belleza, lo que quiero aclarar es que yo, en mi ignorancia masculina, no se la veo), sino por su pesadez de pasarse la vida en perpetuo cabreo y cogiendo con papel de fumar cualquier cosa que diga el personal masculino.

Ahora le tocó la china a Toni Cantó, por el mero hecho de decir que un porcentaje alto de las denuncias machistas eran mentira. Nadie va a defender la metedura de pata del antiguo actor. Pero tampoco es para fusilarle al amanecer. No voy a ser yo quien le defienda, pero sí diré que denuncias falsas haberlas hailas. No sé en que proporción ni es relevante en este articulo, pero por el mero hecho que se produzcan, hay que denunciarlas, sean dos o diez, de lo contrario no seríamos unánimes.

Por otro lado, el señor Cantó ha pedido perdón  en barios medios. Lo que significa que ha reconocido su desliz y ha rectificado. Después de este paso de humildad y sensatez, creo que es suficiente para dejar las cosas en paz. Pero no, las fervientes y valientes defensoras de la mujer, pesadas como plomos, siguen en sus trece pidiendo dimisiones y rasgándose las vestiduras, como si el señor Cantó hubiera violado o matado a alguna de ellas. Con este mismo fervor quisiera yo verlas cuando dilapidan a una pobre mujer por haber sido violada o cuando una adolescente es asesinada por su propio padre por no querer casarse con el hombre asignado por la familia. Que demuestren su fuerza y su rabia cuando a unas pobres niñas las extirpe el clítoris y como consecuencia de ello lleguen a morir con terribles infecciones. Pero ahí es peligroso hurgar pues los fanáticos  islamistas no les van a pedir perdón como hizo el señor Cantó. Después de ver sus cínicas actuaciones no me merecen ustedes la menor atención. Cada día que paso amo  más a las mujeres femeninas. Esas que luchan día a día, hombro con hombro con el hombre para sacar adelante a sus familias sin necesidad de andar de manifestación en manifestación. Porque, eso sí, ustedes son capaces, en el mismo día, pedir el aborto libre y acto seguido, exigir una vida confortable para los chimpancés.

Respecto a si veo o dejo de ver su belleza, no es por machismo, es que tengo buen gusto. Siento no ser políticamente correcto, eso se lo dejo a los políticos y a los indigentes intelectuales que tienen adiestrados. 

Pesadas, que son unas pesadas. 

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