Murió Hugo Chávez. Como ser
humano no le deseo ningún mal. Solo ansío que encuentre tanta gloria como
felicidad y bienestar ha dejado a los venezolanos. Espero que donde quiera que
este, descanse en paz. En una paz que más pronto que tarde desaparecerá y
dejará a los colombianos divididos y presos de odios y rencores que no auguran
nada bueno para el país. Tiempo tendremos de ocuparnos de ello.
Ahora, todo es culto al líder. El
féretro, envuelto en la enseña nacional, va y viene en romería lacrimógena de
un sitio a otro, llevado a hombros por los fanáticos patriotas del difunto
salvador de la patria. Una vez vitoreado y homenajeado debidamente, tenemos el
velatorio de cuerpo presente. Todos lodos dictadores, en general, son muy dados
al exhibicionismo fúnebre. Recuerden la capilla ardiente del generalísimo
Franco. Pero este, una vez hecha la ostentación de afecto cara al extranjero,
fue enterrado y su espirito y recuerdo se fue difuminado en el laberinto de la
historia.
Con los comunistas no sucede lo
mismo. Ellos van más allá y buscan la inmortalidad. Para ello no hay cosa mejor
que un buen embalsamamiento. Hugo no iba ha ser una excepción.
En este asunto, según los desmanes
cometidos en vida por los interfectos, tenemos todo un ranking de momias. Las
hay de primera clase, como la de Lenin, Stalin, Mao Zedong. De segunda; como el
dictador vietnamita Ho Chi Ming, el checo Kement Gottwald o Georgi Dimitrov de
Bulgaria. En un segundo plano podemos
situar a Perón y su esposa Evita. El último en llegar a este panteón de
ilustres momias, fue otro de los colegas de Hugo Chávez, el coreano del norte
King il Sung, el renacuajo que con sus aires de grandeza traía por la calle de
la amargura a todo occidente.
Ahora llega Chávez, aun
fresquito. Habrá que buscarle sitio. Todo dependerá de si va con su
“chandalito”, su camisa roja o con el uniforme y las condecoraciones. Yo, si
usted acepta un consejo señor Maduro, como bien presentado lo mejor es el
uniforme. Esta vestimenta guerrera da más empaque, y como se dice: “a uno según le ven le tratan.”
Una vez solucionado el tema
estético, nos queda el técnico. Ahí no puedo ayudar pues mis conocimientos
sobre momificaciones son nulos. No se quien puede llevar a efecto este trabajo:
¿un embalsamador o un taxidermista? Doctores tiene Maduro para solucionar el
problema.
Comedia. Solo comedia. Pobres
venezolanos.
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