La ginecocracia gallega

Por lo que estoy viendo, no son los nacionalistas catalanes los que tienen la exclusiva de decir y hacer sandeces para impresionar al cansado electorado con el fin de atraer el voto perdido.

Ahora le toca a los nacionalistas gallegos del BNG, quienes, después de haber estado en el poder y  dejado Galicia como un solar, con la ayuda de los socialistas, deben conseguir los votos suficientes para que el grupo de parásitos que lo forman  puedan seguir viviendo a costa de nuestra depauperada economía.

Naturalmente siguen pidiendo la independencia, que es el único pensamiento que les cabe en su desértica y aldeana cabeza. Este requerimiento adornado con la dosis adecuada de victimismo ha sido hasta el momento la mejor carta de presentación ante sus  paletos incondicionales. Pero esta vez había que sorprenderles con algo nuevo. Ya no valen las promesas mentirosas de antaño, aquellas mentiras que les llevaron a la jefatura, ni el cuento contumaz de las mejoras paradisíacas que gozarían sus seguidores cuando ellos ostentasen el poder, ya se vio en su mandato. Ahora necesitaban… Un pelotazo que dejara a todo el pueblo gallego con la boca abierta. Y ahí está el nuevo emblema a seguir: “La soberanía será femenina o no será”. Vamos que la independencia gallega es cosa de las mujeres. Así lo ha manifestado el portavoz  nacional Guillerme Vázquez, acompañado por la responsable de la Comisión de Acción Feminista Goretti Sanmartín.

Ni que decir tiene que este llamativo lema ha llenado de orgullo y satisfacción a las esforzadas feministas. La Goretti no ha tardado ni un minuto en precisar que intentan conseguir el “derecho a decidir, porque es necesaria la soberanía de las mujeres para conseguir los derechos”.

Que Dios coja confesada a Galicia si esta tropa de talibanes sexistas llega al gobierno de la  Xunta. Parece ser que su programa político solo consiste en obtener derechos para la mujer y sus incondicionales Todo un programa político el que el BNG presenta por sorpresa a sus catetos aldeanos.

Ya lo saben los gallegos: “La soberanía será feminista o no lo será”. Con un par. ¡Hay Guillerme lo que tiene que hacer uno para seguir viviendo del presupuesto! Pero de donde sale tanto majadero.