Cada día que pasa me producen más
repulsión los políticos.
Para explicar mi asco y
repugnancia hacia esta casta de depredadores sociales, nada mejor que ponerles
dos ejemplos que hace revolver las tripas por la impotencia, hasta el más
abyecto de los sentimientos, el odio a semejantes mentirosos, que han hecho de
la falsedad y el cinismo su medio de vida. No importa a costa de que o de
quienes en tanto en cuanto ellos medren.
Fíjense bien en esta fotografía.
¿Les reconocen? Sí, son ellos; el ex honorable Jordi Pujol y su hijo. Ellos son
los que se envuelven en la bandera de Cataluña. Los que cantan el segador por
todas las esquinas. Los que luchan heroicamente, con desden y sin desmayo,
contra las felonías y acoso de España.
Los que están dispuestos a entregar su vida por la independencia de su amado
pueblo. Todo mentira. A estos “señores”, junto a una Pléyade de plañideras
nacionalistas, les importa Cataluña, y los catalanes un bledo. Quizás la
independencia sea lo único importante en su falaz discurso. Naturalmente su
interés es particular, no tiene nada que ver con el pueblo, pues en caso de
independencia todos ellos podrían seguir viviendo a costa del pueblo catalán sin
ningún temor a que el gobierno español les pidiera cuentas de sus fechorías.
¿Por qué digo esto? Verán; Según
un Informe Interno de la
Brigada de Blanqueo de Capitales de la Unidad de Delitos
Económicos y Fiscal de la
Policía Nacional , (UDEF) se ha podido constatar que la
familia Pujol ha hecho grandes inversiones de capital en EEUU, Argentina y
México, siempre mediante sociedades interpuestas y la mayoría en paraísos
fiscales.
Mucho amor a Cataluña pero, la
pela es la pela, y los cientos o tal vez miles de millones fuera de su amado
país y a buen recaudo en paraísos fiscales mientras, un alto porcentaje de sus
amados niños catalanes rayan la indigencia y están mal nutridos.
Ya cuento con los políticamente
correctos que me llamaran demagogo. Pues no Realidad.
Fíjense bien en sus caras y
cuando les hablen de su amor y abnegación por la patria catalana recuerden su
catadura moral.
Otro ejemplo de desfachatez e
incoherencia política la encontramos en la señora Christine Lagarde, la
directora del FMI.
Esta señora es
otra de las impresentables mantenida por los impuestos de todos los europeos.
Es ni más ni menos la directora da la institución que maneja el cotarro
económico dentro de la Comunidad Económica
Europea. Pues bien, esta buena mujer, esta acusada por la Fiscalía de Francia, en
lo que se llamó el caso Tapie, por complicidad en “falsedad de documento
público y malversación de caudales públicos”, en el tiempo que fue Ministra de
Economía en el gobierno del ex presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, por el
pago de 403.000 millones de € al empresario francés Bernard Tapie. Amigo
personal del ex presidente de la República Francesa.
Con tan solo esa
sospecha, esta señora no debe seguir ostentando el cargo de alta
responsabilidad que aun ocupa. Pero no solo mantiene su cargo sino que además
se permite el lujo de aconsejar al gobierno español que reduzca los salarios a
los trabajadores. Ella, que lo primero que hizo cuando fue nombrada directora
de tan importante organismo, fue subirse
el sueldo un 11%, en contra de la
política de moderación salarial del FMI. Cobrando a partir de ese momento
324.000 € netos al año y libres de impuestos.
En estos
momentos es cuando echo en falta un gobierno enérgico con una representación en
Europa valiente y fuerte que se atreva a pedir la dimisión de esta presunta y
la conmine a no meterse en los asuntos interiores de un país soberano como
España. Ahora es el momento de escuchar la intervención de Almunia exigiendo la
dimisión inmediata de esta mentecata, él que tan rápido estuvo para pedir que
España devolviera los dineros concedidos a las empresas navales de nuestro
país. Pero con estos políticos de medio pelo no veo claro que así llegue a
suceder.
Dos ejemplos de
cinismo que te revuelve las entrañas.
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