lunes, 26 de agosto de 2013

Picardo. Un milord de tercera división.

Mis estimados lectores: este señor, que veis en la fotografía, de eminente papada, con cara de guitarrista de "tablao" flamenco y cierto parecido, si no fuera por el bigote, con el presidente de Venezuela, señor Maduro, no es  otro que “Ser” Fabián Raymond Picardo. Ministro principal de Gibraltar. Al cambio, en España, un alcalde de barrio.

Este personaje, que parece sacado de una opereta bufa de ínfima calidad, es quien dirige los designios de la roca de los monos y quien, con el desparpajo propio de la osadía que proporciona la ignorancia, trata de complicar la vida a los ciudadanos de la Línea de la Concepción  y al gobierno de España.

Naturalmente,  este patético siervo de su graciosa majestad británica, no tiene poder alguno de decisión, ni acción, dentro de la estructura política y social del Reino Unido, por lo que sus declaraciones no tienen más valor del que le quiera dar según quien las escuche.

Lo que choca a primera vista, es que un señor que ha estudiado derecho en el Oriel Collage de Oxford, que tiene la distinción de ser la institución  más antigua de la ciudad, puede decir en una entrevista, las barbaridades que este botarate ha dicho al periódico el mundo. Pero todo encaja, cuando te enteras que la licencia que posé para ejercer como abogado, solo es valida en Gibraltar y en las Islas Vírgenes Británicas. Vamos que por el parlamento, ni verle. Queda claro que este sujeto está considerado en su querida isla, como un “milord de tercera división”.

La osadía de este petimetre le hace decir: “tenemos derecho a crecer y traer el arena de donde sea”. Señor Fabián, esa misma idea la tuvo, hace muchos años, un austriaco bajito, con un bigotito parecido al de Charlot y emprendió presto camino hacia Polonia. No se si sabe lo que sucedió después. Afortunadamente, usted no es nadie y sus palabras suenan a chanza y sirven para regocijo del personal. En caso de tener poder, sería considerado como un  peligro para la humanidad, al igual que el del bigotito. Usted, a lo que puede aspirar es a desarrollarse, cosa legitima en cualquier comunidad, pero no a expandirse, pues no tiene ni tierras ni mar para hacerlo. No se puede andar por el mundo levantando nuevas frontera. Ya no estamos en la edad media aunque usted se lo crea.

Respecto a coger  arena de donde sea. Su desordenada cabeza vuelve a jugarle una mala pasada. La arena, que usted usurpa, está en Valdevaqueros, una playa cuyas dunas están protegida por medio ambiente, perteneciente a Tarifa. Y Tarifa, por si en su locura imperialista no le suena, pertenece a España.

Tengo que reconocer, lo cortes no quita lo valiente, que tiene gracia cuando dice: “al gobierno español solo le falta decir que a la madre de Marco la tenemos aquí secuestrada hace cuarenta años”. Pues no lo ha dicho, pero conociendo su forma de proceder puede ser posible. En fin, veremos si hay suerte y la comunidad europea les hace una buena inspección, así salimos de duda.

Bueno, ministro principal de Gibraltar, D. Fabián, cuando vuelva usted a abrir la boca sea más comedido. Recuerde que usted no es David Cameron, este es un “pata negra”. Que es simplemente, para los españoles, un alcalde de barrio, y para sus dueños británicos un milord de tercera división.
 Que Dios le ampre, lumbreras.

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