Mis estimados lectores: este
señor, que veis en la fotografía, de eminente papada, con cara de guitarrista
de "tablao" flamenco y cierto parecido, si no fuera por el bigote, con el
presidente de Venezuela, señor Maduro, no es
otro que “Ser” Fabián Raymond Picardo. Ministro principal de Gibraltar.
Al cambio, en España, un alcalde de barrio.
Este personaje, que parece sacado
de una opereta bufa de ínfima calidad, es quien dirige los designios de la roca
de los monos y quien, con el desparpajo propio de la osadía que proporciona la
ignorancia, trata de complicar la vida a los ciudadanos de la Línea de la Concepción y al gobierno de España.
Naturalmente, este patético siervo de su graciosa majestad
británica, no tiene poder alguno de decisión, ni acción, dentro de la
estructura política y social del Reino Unido, por lo que sus declaraciones no
tienen más valor del que le quiera dar según quien las escuche.
Lo que choca a primera vista, es
que un señor que ha estudiado derecho en el Oriel Collage de Oxford, que tiene
la distinción de ser la institución más
antigua de la ciudad, puede decir en una entrevista, las barbaridades que este
botarate ha dicho al periódico el mundo. Pero todo encaja, cuando te enteras
que la licencia que posé para ejercer como abogado, solo es valida en Gibraltar
y en las Islas Vírgenes Británicas. Vamos que por el parlamento, ni verle.
Queda claro que este sujeto está considerado en su querida isla, como un
“milord de tercera división”.
La osadía de este petimetre le
hace decir: “tenemos derecho a crecer y traer el arena de donde sea”. Señor
Fabián, esa misma idea la tuvo, hace muchos años, un austriaco bajito, con un
bigotito parecido al de Charlot y emprendió presto camino hacia Polonia. No se
si sabe lo que sucedió después. Afortunadamente, usted no es nadie y sus
palabras suenan a chanza y sirven para regocijo del personal. En caso de tener
poder, sería considerado como un peligro
para la humanidad, al igual que el del bigotito. Usted, a lo que puede aspirar es a desarrollarse, cosa legitima en cualquier comunidad, pero no a expandirse,
pues no tiene ni tierras ni mar para hacerlo. No se puede andar por el mundo
levantando nuevas frontera. Ya no estamos en la edad media aunque usted se lo
crea.
Respecto a coger arena de donde sea. Su desordenada cabeza
vuelve a jugarle una mala pasada. La arena, que usted usurpa, está en
Valdevaqueros, una playa cuyas dunas están protegida por medio ambiente,
perteneciente a Tarifa. Y Tarifa, por si en su locura imperialista no le suena,
pertenece a España.
Tengo que reconocer, lo cortes no
quita lo valiente, que tiene gracia cuando dice: “al gobierno español solo le
falta decir que a la madre de Marco la tenemos aquí secuestrada hace cuarenta
años”. Pues no lo ha dicho, pero conociendo su forma de proceder puede ser
posible. En fin, veremos si hay suerte y la comunidad europea les hace una
buena inspección, así salimos de duda.
Bueno, ministro principal de
Gibraltar, D. Fabián, cuando vuelva usted a abrir la boca sea más comedido.
Recuerde que usted no es David Cameron, este es un “pata negra”. Que es
simplemente, para los españoles, un alcalde de barrio, y para sus dueños
británicos un milord de tercera división.
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