Una vez pasado un tiempo, los
escándalos pasan a un segundo plano e incluso quedan diluidos en el tiempo.
Casi seguro que a estas alturas
ya nadie recuerda con precisión los casos de corrupción que saltaron a la luz
en épocas del PSOE en el poder con Felipe González como presidente. Quien se
acuerda del caso Kio; con Javier de la
Rosa y el íntimo amigo del Rey Don Juan Carlos Manuel de Prado
y Colón de Carvajal como imputados principales. El caso de los fondos
reservados. O el caso Rumasa con la expropiación de Ruiz Mateos. Filesa, Malesa
y Time-Export, empresas creadas para la financiación ilegal del PSOE donde
aparecen implicados el diputado por Barcelona Carlos Navarro y el representante
de la financiación del PSOE, Guillermo Galeote. Los casos del Ave, Osakidelsa
(servicio Vasco de Salud). El Caso Seat, Cesit. El caso Guerra, con el famoso
despachito “conseguidor” del hermano del vicepresidente Alfonso Guerra, Juan
Guerra. El caso Casino, dedicado a la financiación irregular de CIU. La
imputación de Mariano Rubio por el caso Ibercor. Sarasola por el caso del
hipódromo de la Zarzuela. Caso
Gran Tibidabo, caso Estebil. El Caso Salanueva, con la detención de la ex
directora del BOE, Carmen Salanueva. Esta señora era tan desvergonzada que
incluso llegó a imitar, por teléfono, las voces de Carmen Romero y la reina para
beneficiarse unas pinturas de un famoso artista. El caso de la Expo 92. Caso Roldán, caso
Banesto, caso los GAL que acabó con los ministros Barrionuevo, Rafael Vera y el
general Rodrigues Galindo, entre rejas. Hasta se insinuó que el “señor X” fuera
Felipe González. Pero no para aquí la corrupción ya olvidada, aún nos quedaba
por ver el caso Naseiro o el caso del PSV. Donde el sindicato UGT estafó a
cientos de trabajadores con aquel cuento de las viviendas. Hubo muchos más
casos como el Sóller, con la adjudicación ilegal de las obras del túnel de
Sóller por el Presidente de Baleares, Gabriel Cañellas del PP.
Podríamos seguir con más casos,
dicen ser, de momento 1.700, pero al ser de menor notoriedad, las huellas
dejadas han sido borradas definitivamente por el tiempo. El mismo tiempo que
hace verdadero el refrán “otros vendrán
que bueno me harán”.
Y así es. Lejos de acabar con la
corrupción en la actualidad ha aumentado. Los casos de Bárcenas, con el
tesorero del PP implicado Luis Bárcenas y una serie de ex-consejeros más. O
las tarjetas B con la implicación, nada menos que de Rodrigo Rato, todo un mito
del Gobierno de Aznar. El caso Brugal. O el escándalo del caso Palma Arena, que ha
sacado a la luz de lo corrupto a Jaume Matas. El caso Gürtel con una larga
lista de implicados. El caso Fabra con Carlos Fabra, condenado por cuatro delitos
contra la hacienda pública y su ex-esposa Mª Amparo Fernández. O el caso
Marbella. Con su alcalde Julián Muñoz; Roca; la Pantoja; la esposa de Julián, Maite Zaldibar; el abogado y ex-presidente del Sevilla, Del
Nido. Los casos ERE, con 144 imputados de momento, entre los que se
encuentran Eduardo Pascual en prisión y
los ex-presidentes de Andalucía, Manuel Chávez, José Antonio Griñán además de
la ex-ministra Magdalena Álvarez imputados y a la espera de ser llamados por el
juez junto al resto de implicados.
Ya en Cataluña seguimos con la
imputación de Joaquín Nadal, ex-conseller de Política Territorial del Gobierno
de Cataluña, por estafa en una permutación de terrenos. José Luis Núñez y su
hijo Josep, que hace poco tiempo han entrado en prisión. El Consejero de Empleo
de la Generalitat
de Barcelona, Felipe Puig, quien ha sido
imputado por pedir comisiones por una obra en el puerto de Barcelona. El caso
Palau, donde sus máximos responsables, Félix Millet y Jordi Mantul estafaron
3,2 millones de €. El caso ITV donde Oriol Pujol, hijo del “Honorable” Pujol,
según la juez Silvia Pérez Mejía, cree que cobró 700.000 € en comisiones. El
caso Pujol y su herencia. El caso Adigsa, empresa pública conocida por la
acusación que Margall hizo a Convergencia de cobrar el 3% de comisión.
El tiempo lo borra todo lo que
aprovechan los sinvergüenzas para continuar con sus trapicheos. Y es que cuando
sale un chorizo a la palestra, su corrupción hace olvidar la del anterior, y
así van tirando.
Díganme, con este panorama, quien va a votar con ilusión. Pensando que los que ganen van a solucionarte los
problemas de estos ciudadanos, agobiados por la ruina económica, y con la moral
por los suelos de contemplar este espectáculo de indecentes sin escrúpulos.
Por cierto, el tiempo me ha
jugado una mala pasada; me olvidaba de Urdangarín y su esposa. Vaya par de
ellos.
¿Qué pensarán de nosotros en el
mundo civilizado?
No hay comentarios:
Publicar un comentario