lunes, 25 de mayo de 2015

“Quien olvida el pasado, está condenado a repetirlo”

Una vez pasado un tiempo, los escándalos pasan a un segundo plano e incluso quedan diluidos en el tiempo.
Casi seguro que a estas alturas ya nadie recuerda con precisión los casos de corrupción que saltaron a la luz en épocas del PSOE en el poder con Felipe González como presidente. Quien se acuerda del caso Kio; con Javier de la Rosa y el íntimo amigo del Rey Don Juan Carlos Manuel de Prado y Colón de Carvajal como imputados principales. El caso de los fondos reservados. O el caso Rumasa con la expropiación de Ruiz Mateos. Filesa, Malesa y Time-Export, empresas creadas para la financiación ilegal del PSOE donde aparecen implicados el diputado por Barcelona Carlos Navarro y el representante de la financiación del PSOE, Guillermo Galeote. Los casos del Ave, Osakidelsa (servicio Vasco de Salud). El Caso Seat, Cesit. El caso Guerra, con el famoso despachito “conseguidor” del hermano del vicepresidente Alfonso Guerra, Juan Guerra. El caso Casino, dedicado a la financiación irregular de CIU. La imputación de Mariano Rubio por el caso Ibercor. Sarasola por el caso del hipódromo de la Zarzuela. Caso Gran Tibidabo, caso Estebil. El Caso Salanueva, con la detención de la ex directora del BOE, Carmen Salanueva. Esta señora era tan desvergonzada que incluso llegó a imitar, por teléfono, las voces de Carmen Romero y la reina para beneficiarse unas pinturas de un famoso artista. El caso de la Expo 92. Caso Roldán, caso Banesto, caso los GAL que acabó con los ministros Barrionuevo, Rafael Vera y el general Rodrigues Galindo, entre rejas. Hasta se insinuó que el “señor X” fuera Felipe González. Pero no para aquí la corrupción ya olvidada, aún nos quedaba por ver el caso Naseiro o el caso del PSV. Donde el sindicato UGT estafó a cientos de trabajadores con aquel cuento de las viviendas. Hubo muchos más casos como el Sóller, con la adjudicación ilegal de las obras del túnel de Sóller por el Presidente de Baleares, Gabriel Cañellas del PP.
Podríamos seguir con más casos, dicen ser, de momento 1.700, pero al ser de menor notoriedad, las huellas dejadas han sido borradas definitivamente por el tiempo. El mismo tiempo que hace verdadero  el refrán “otros vendrán que bueno me harán”.
Y así es. Lejos de acabar con la corrupción en la actualidad ha aumentado. Los casos de Bárcenas, con el tesorero del PP implicado Luis Bárcenas y una serie de ex-consejeros más. O las tarjetas B con la implicación, nada menos que de Rodrigo Rato, todo un mito del Gobierno de Aznar. El caso Brugal. O el escándalo del caso Palma Arena, que ha sacado a la luz de lo corrupto a Jaume Matas. El caso Gürtel con una larga lista de implicados. El caso Fabra con Carlos Fabra, condenado por cuatro delitos contra la hacienda pública y su ex-esposa Mª Amparo Fernández. O el caso Marbella. Con  su alcalde Julián Muñoz; Roca; la Pantoja; la esposa de Julián, Maite Zaldibar; el abogado y ex-presidente del Sevilla, Del Nido. Los casos ERE, con 144 imputados de momento, entre los que se encuentran  Eduardo Pascual en prisión y los ex-presidentes de Andalucía, Manuel Chávez, José Antonio Griñán además de la ex-ministra Magdalena Álvarez imputados y a la espera de ser llamados por el juez junto al resto de implicados.
Ya en Cataluña seguimos con la imputación de Joaquín Nadal, ex-conseller de Política Territorial del Gobierno de Cataluña, por estafa en una permutación de terrenos. José Luis Núñez y su hijo Josep, que hace poco tiempo han entrado en prisión. El Consejero de Empleo de la Generalitat de Barcelona, Felipe Puig, quien  ha sido imputado por pedir comisiones por una obra en el puerto de Barcelona. El caso Palau, donde sus máximos responsables, Félix Millet y Jordi Mantul estafaron 3,2 millones de €. El caso ITV donde Oriol Pujol, hijo del “Honorable” Pujol, según la juez Silvia Pérez Mejía, cree que cobró 700.000 € en comisiones. El caso Pujol y su herencia. El caso Adigsa, empresa pública conocida por la acusación que Margall hizo a Convergencia de cobrar el 3% de comisión.
El tiempo lo borra todo lo que aprovechan los sinvergüenzas para continuar con sus trapicheos. Y es que cuando sale un chorizo a la palestra, su corrupción hace olvidar la del anterior, y así van tirando.
Díganme, con este panorama, quien va a votar con ilusión. Pensando que los que ganen van a solucionarte los problemas de estos ciudadanos, agobiados por la ruina económica, y con la moral por los suelos de contemplar este espectáculo de indecentes sin escrúpulos.
Por cierto, el tiempo me ha jugado una mala pasada; me olvidaba de Urdangarín y su esposa. Vaya par de ellos.

¿Qué pensarán de nosotros en el mundo civilizado?    

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