Hay personas en todas partes
que no deben ser tomadas en cuenta por lo que dicen y luego no hacen. Hay
muchos tipos, están los que defienden sus intereses particulares y los buenistas templagaitas que pueden
llevarte al caos más terrible. En España los hay de los dos tipos unos se
camuflan en las filas de los otros y al final todos son lo mismo, sufriendo sus
absurdas ideas los tontos que todavía creen en los cuentos de hadas. En
realidad ambos buscan lo mismo, vivir a costa de los demás. Estos mamarrachos
son los que piden dialogo con los golpistas catalanes, estos son los que pedían
dialogo con los criminales de ETA, estos son los que apoyan a los países
fascistas que pisotean los derechos de los ciudadanos y reciben suculentos
donativos para sembrar la miseria y la pobreza moral y económica entre los tontos útiles de las izquierdas que aun
no han escarmentado en cabeza ajena. ¿Pero cuando se ha dialogado con quienes
quieren destruir España? ¿Había que dialogar con Tejero? Dialogar con quien y
de qué, con los ilegales Pugdement y compañía. Lo único que queda ahora con
esta gentuza son las leyes y el cumplimiento de estas. Lo único que hay que
hablar es de las leyes incumplidas, de los delitos terribles que quieren
deshacer el país y de las penas que pongan a los independentistas en la trena
para ejemplo fehaciente que tranquilice al reto de españoles.
La democracia debe ser
prudente pero cuando alguien quiere
acabar con ella tiene ser dura y fuerte para poder sobrevivir a mafiosos
políticos del inmoral radicalismo.
A los templagaitas que piden
dialogo que vallan a dialogar con Maduro o con el mandatario de Corea del
norte seguro que les entenderá.
No al dialogo con
delincuentes no a los templagaitas inmorales. Si a la ley y a la justicia.
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