domingo, 15 de octubre de 2017

Los templagaitas.

Hay personas en todas partes que no deben ser tomadas en cuenta por lo que dicen y luego no hacen. Hay muchos tipos, están los que defienden sus intereses particulares  y los buenistas templagaitas que pueden llevarte al caos más terrible. En España los hay de los dos tipos unos se camuflan en las filas de los otros y al final todos son lo mismo, sufriendo sus absurdas ideas los tontos que todavía creen en los cuentos de hadas. En realidad ambos buscan lo mismo, vivir a costa de los demás. Estos mamarrachos son los que piden dialogo con los golpistas catalanes, estos son los que pedían dialogo con los criminales de ETA, estos son los que apoyan a los países fascistas que pisotean los derechos de los ciudadanos y reciben suculentos donativos para sembrar la miseria y la pobreza moral y económica entre  los tontos útiles de las izquierdas que aun no han escarmentado en cabeza ajena. ¿Pero cuando se ha dialogado con quienes quieren destruir España? ¿Había que dialogar con Tejero? Dialogar con quien y de qué, con los ilegales Pugdement y compañía. Lo único que queda ahora con esta gentuza son las leyes y el cumplimiento de estas. Lo único que hay que hablar es de las leyes incumplidas, de los delitos terribles que quieren deshacer el país y de las penas que pongan a los independentistas en la trena para ejemplo fehaciente que tranquilice al reto de españoles.
La democracia debe ser prudente pero cuando alguien  quiere acabar con ella tiene ser dura y fuerte para poder sobrevivir a mafiosos políticos del inmoral radicalismo.
A los templagaitas que piden dialogo que vallan a dialogar con Maduro o con el mandatario de Corea del norte  seguro que les entenderá.

No al dialogo con delincuentes no a los templagaitas inmorales. Si a la ley y a la justicia. 

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