Por fin los catalanes tienen
un presidente a su medida. Nazi, xenófobo y violento, de esa democracia que
presumían los golpistas han pasado a descubrir lo que en realidad es el
movimiento nacionalista y ha sido el propio Torra quien lo ha puesto en
conocimiento de los tontos palurdos
seguidores de semejante personaje. Sus últimas declaraciones lo dejan
bien claro, dice este energúmeno que: “quiero un presidente paramilitar e
intransigente para Cataluña”. Atentos los belgas y los alemanes con lo que
tienen protegido en sus países: un fascista de libro y un asesino en potencia.
Pero lo que es peor es que el señor Rajoy refrenda el nombramiento de este enloquecido perturbado diciendo que no ve
irregularidades. Esperemos entonces a que el terrorista Torra ponga alguna bomba
que deje algunos muertos por el camino y
entonces actuaremos como es debido, no como acomplejados conservadores. Si
quemar banderas y fotografías de los reyes de España y llamar bestias, víboras, hienas con una tara
de ADN al conjunto de los españoles debemos verlo como normal, entonces estamos
todos locos. Está claro que hemos vuelto al delirio, la provocación y la
insensatez golpista, sin que un gobierno, como dios manda, sea capaz de frenar
la barbarie que se avecina. Si no paramos a estos dementes ya, tal vez cuando
queramos hacerlo se nos haya ido de las manos.
Un individuo que nada más
llegar al poder busca el enfrentamiento con el gobierno legítimo de la nación y
provoca queriendo nombrar consejeros presos por golpistas y exiliados, se le inhabilita
al momento y se le detiene antes de que se escape como ya tenemos bastantes
ejemplos.
No valen más disculpas, la
tomadura de pelo de los independentistas traidores a la democracia española ya
ha pasado el límite de lo legal hace tiempo, España debe actuar como un gobierno democrático y aplicar
sin templar las leyes previstas para estos casos, con prudencia, sí, pero con
contundencia y sin miedo de lo que
pensarán en Europa. Total, para lo que nos sirve.
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