El social-comunismo, sin pudor.

Ya están aquí, con plena claridad y sin disimulo, los primeros pasos del odio  izquierdista para dividir, de una vez por todas, España y hacer desaparecer la molesta democracia que pedían, en tiempo de la dictadura, los que nunca lo fueron, para situarse en puestos clave de la administración y así ir tomando poder, taimadamente, hasta hacer desaparecer las instituciones democráticas e implantar su régimen de terror  y angustia. Ya están dando los primeros pasos. De momento se anuncia en Twtter que Abascal debe morir porque el odio hacia las personas que contradicen sus locuras sectarias, así lo aconsejan. Bueno, no se le da importancia, será un “incontrolado” como aquellos que en el 36 montaron las famosas checas para matar y torturar, “incontroladamente”, a ciudadanos “fascistas”, porque claro, una persona que iba a misa los domingos, no podía ser otra cosa. Lógicamente había que acabar con monjas y frailes, que según se comentaba entre aquellas acémilas, daban caramelos envenenados a los hijos de los obreros, y para remate quemar iglesias y conventos, siempre, “incontroladamente”. Tanto era así, que el gobierno republicano no se enteraba de nada. Ahora están más civilizados, de momento, y lo piden aprovechando las triquiñuelas legales, me he enterado, que ha llegado al Senado, la petición de demolición del Valle de los Caídos. La osadía de estos indocumentados no tiene horizontes y si no se pone radicalmente impedimento a este desmán histórico, son capaces de hacer desaparecer el monumento, como hicieron los talibánes con los Budas  considerados bien de la humanidad.

Sabemos quienes son, como se rigen por el odio. Tenemos un amplio conocimiento de sus desmanes y genocidios a lo largo de la historia. Sabemos que solo aportan desgracia, hambre y muerte por donde pasan, y es un régimen político ya pasado que en la actualidad no tiene nada bueno que aportar. ¿Por qué no se le erradica de una vez?  

Tratemos de vivir en paz y concordia. Seamos felices, la vida es muy corta. Apartemos del camino a todos los individuos mentirosos, vengan de donde vengan. ¿Por qué no aprendemos del pasado y nos quedamos con lo bueno? Preguntémonos ¿Qué pretenden estos individuos mediocres e indocumentados? Leamos un poco de la historia del pasado de todos estos descerebrados y pongamos en su sitio, que no es otro que el ostracismo, y dirijamos nuestra política a lo que en verdad importa. Si así lo hacemos, estos personajes solo quedarían en remoto recuerdo.