hay otra alternativa

Desde la ruinosa patria que nos dejo Zapatero, Rajoy se esfuerza y trabaja con ahínco y con esmero, para  encontrar el camino por donde encauzar el sendero que nos saque de esta quiebra que nos ahoga y desvela.

Tarea ingrata la suya, pues por muchas desagradables medidas, recortes y congelaciones, hay que tener muchos co… nocimientos, para sacar de esta vicisitud a un país en banca rota, esquilmado por el norte y hasta el sur, desde el vasco matón al jaranero andaluz, y del este al oeste, atracando sin concesión, desde el gallego indolente hasta al catalán trincón.

Viendo este oscuro panorama, nada nos hace pensar que nos podamos librar, en un cercano futuro, de esta penosa situación.

Pero. ¡Oh bendita visión! ¡Oh excelsa clarividencia! ¡Oh suerte jamás soñada! De entre la pertinaz bruma, sin que nadie lo esperara, surge como un ciclón, para salvar a la patria, un caballero español, en carisma el campeón, si por carisma se entiende tener una buena cara, en España, sin dudarlo, para cara Rubalcaba.

Ya todo ha terminado. Nuestra zozobra se acaba, que ha venido a salvarnos D. Alfredo, que es como ahora lo llaman.

Adalid de la opacidad. Siempre bulto de sospechoso. Tejedor de desastres. Urdidor de matanzas, de negociaciones oscuras, de sibilinas palabras, que cuentan medias verdades y ensalza grandes mentiras. Que en el gobierno anterior, el que dejó a España en la indigencia, fue hombre principal ocupando la vicepresidencia, junto a Chacón y María Teresa, la vice-Bogue tuneada.

Y ahora, desde el pozo de sus miserias, regresa este gran trilero, que por serlo tanto es el mayor trilero del reino. Y dice traer soluciones a tan grande descalabro y para comunicarlo es clave este palabro: “hay otra alternativa”, que hay que tener cara para caer en esta diatriba.

Y va de mitin en mitin. Y para animar a su hueste, dolida por los malos resultados electorales, Rubalcaba les susurra, ¡hay otra alternativa! Que el mitin es en Sevilla, la isla que aún mantienen, se pone verde al gobierno, se dice la frasecita,¡hay otra alternativa! Y se convierte sin duda, en la frase más aplaudida.

Y así va el hombre haciendo bolos, por capitales, villas y aldeas, y en todos estos lugares, al final deja caer enta frase tan malida, ¡hay otra alternativa!

Oyéndole repetir esta frase socorrida, y viendo como está España, por su ineptitud y desidia, si ahora puede arreglarlo con tan mágica medida… ¡Coño que ya lo diga! O es que también es mentira.

He dicho.