miércoles, 14 de noviembre de 2012

La teta del pueblo, no da más de sí.


Amaia Engaña es la nueva víctima mortal de los viles desahucios.

Amaia era otra de los muchos honrados ciudadanos que, con su trabajo y a base de sacrificios, poco a poco iba haciendo realidad la ilusión de toda su vida: tener un lugar donde vivir con su familia.

Tal vez esto sería lo único a lo que pudiera aspirar en toda su vida laboral, pero merecía la pena hacer el esfuerzo. Y a base de privaciones y abnegación lo estaba consiguiendo.

Pero un mal día perdió el trabajo y con él los ingresos con que contaba para la subsistencia. Ya no pudo seguir pagando la hipoteca. Y automáticamente pasó de ser una ciudadana ejemplar a un bulto sospechoso. Y esto la sociedad que estamos creando, sin valores morales, en la que lo único que priva es el dinero, el poder y la fama a cualquier precio, no se lo perdonó a Amaia, quien vio como se desmoronaba el pequeño mundo que había creado con grandes sacrificios y adnegación.

Para una sociedad occidental del siglo XXI que se precie de moderna y demócrata, es una vergüenza que sucedan estos desgraciados hechos. Más cuando los culpables, de camisa blanca impoluta y corbata de seda, se pavonean de sus grandes fortunas, conseguidas fraudulentamente a costa de los impuestos y las hipotecas que personas anónimas como Amaia, han ido pagando religiosamente con mil esfuerzos. Me refiero a esos directores y consejeros de administración, sinvergüenzas de guante blanco, que durante años han ido esquilmando los Bancos y Cajas de Ahorro que han caído en sus manos y, una vez hundidos en la miseria, aun han tenido la desfachatez de procurarse indemnizaciones y jubilaciones escandalosas.

Señor Rajoy, los españoles no necesitamos jueces para acometer desahucios que rayan la inmoralidad. España, señor Rajoy, lo que precisa urgentemente es un Eliot Ness con un nutrido grupo de Intocables que persiga y neutralice la mafia de políticos que han hecho de la corrupción su medio de vida. Un grupo de jueces incorruptibles que vayan casa por casa, palacete por palacete, hípica por hípica y cortijo por cortijo, desenmascarando a los auténticos culpables de la trágica  situación por la que estamos pasando. No busque más dinero en el pueblo, la teta de los ciudadanos esta vacía. Ya sólo les queda la vida y como está viendo, se la han comenzado a entregar. Tampoco  se escude usted en los socorridos fraudes fiscales y economías sumergidas  para embaucar a los confiados ciudadanos, que son el chocolate del loro comparado con el despilfarro  y el robo. Sí, ROBO, que se está perpetrando, un día sí y otro también, en las altas estancias del poder. Es inmoral mantener unos sueldos millonarios mientras otros no tienen para comer.

Los ciudadanos españoles ya no pueden hacer más sacrificios. Si el Estado necesita más dinero debe buscarlo en otro lugar. Yo le doy una pista: investigue a todos esos colegas suyos que cuando llegaron a la política iban con los bolsillos por fuera y con el “moco colgando” y en un periodo de no más de cuatro a seis años han conseguido patrimonios y fortunas que al señor Botín le ha costado tres generaciones conseguirlo.

No se engañe usted, ni engañe más al pueblo D. Mariano, no son los ciudadanos los que tienen la capacidad de sacar a España del pozo en que se encuentra, son quienes nos metieron en él los que deben hacerlo. Hágame caso: Eliot Ness y  corruptos, miserables y sinvergüenzas a la cárcel. Sean quienes sean y se llamen como se llamen, porque la Constitución dice que todos somos iguales ante la ley. No sea usted quien quebrante esta ley. A partir de ese momento volveré a creer en la política y sus representantes.

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