Amaia Engaña es la nueva víctima
mortal de los viles desahucios.
Amaia era otra de los muchos honrados
ciudadanos que, con su trabajo y a base de sacrificios, poco a poco iba
haciendo realidad la ilusión de toda su vida: tener un lugar donde vivir con su
familia.
Tal vez esto sería lo único a lo
que pudiera aspirar en toda su vida laboral, pero merecía la pena hacer el
esfuerzo. Y a base de privaciones y abnegación lo estaba consiguiendo.
Pero un mal día perdió el trabajo
y con él los ingresos con que contaba para la subsistencia. Ya no pudo seguir
pagando la hipoteca. Y automáticamente pasó de ser una ciudadana ejemplar a un
bulto sospechoso. Y esto la sociedad que estamos creando, sin valores morales,
en la que lo único que priva es el dinero, el poder y la fama a cualquier
precio, no se lo perdonó a Amaia, quien vio como se desmoronaba el pequeño
mundo que había creado con grandes sacrificios y adnegación.
Para una sociedad occidental del
siglo XXI que se precie de moderna y demócrata, es una vergüenza que sucedan
estos desgraciados hechos. Más cuando los culpables, de camisa blanca impoluta
y corbata de seda, se pavonean de sus grandes fortunas, conseguidas
fraudulentamente a costa de los impuestos y las hipotecas que personas anónimas
como Amaia, han ido pagando religiosamente con mil esfuerzos. Me refiero a esos
directores y consejeros de administración, sinvergüenzas de guante blanco, que
durante años han ido esquilmando los Bancos y Cajas de Ahorro que han caído en
sus manos y, una vez hundidos en la miseria, aun han tenido la desfachatez de
procurarse indemnizaciones y jubilaciones escandalosas.
Señor Rajoy, los españoles no
necesitamos jueces para acometer desahucios que rayan la inmoralidad. España, señor
Rajoy, lo que precisa urgentemente es un Eliot Ness con un nutrido grupo de
Intocables que persiga y neutralice la mafia de políticos que han hecho de la
corrupción su medio de vida. Un grupo de jueces incorruptibles que vayan casa
por casa, palacete por palacete, hípica por hípica y cortijo por cortijo,
desenmascarando a los auténticos culpables de la trágica situación por la que estamos pasando. No
busque más dinero en el pueblo, la teta de los ciudadanos esta vacía. Ya sólo
les queda la vida y como está viendo, se la han comenzado a entregar. Tampoco se escude usted en los socorridos fraudes
fiscales y economías sumergidas para
embaucar a los confiados ciudadanos, que son el chocolate del loro comparado
con el despilfarro y el robo. Sí, ROBO,
que se está perpetrando, un día sí y otro también, en las altas estancias del
poder. Es inmoral mantener unos sueldos millonarios mientras otros no tienen
para comer.
Los ciudadanos españoles ya no
pueden hacer más sacrificios. Si el Estado necesita más dinero debe buscarlo en
otro lugar. Yo le doy una pista: investigue a todos esos colegas suyos que
cuando llegaron a la política iban con los bolsillos por fuera y con el “moco
colgando” y en un periodo de no más de cuatro a seis años han conseguido
patrimonios y fortunas que al señor Botín le ha costado tres generaciones
conseguirlo.
No se engañe usted, ni engañe más
al pueblo D. Mariano, no son los ciudadanos los que tienen la capacidad de
sacar a España del pozo en que se encuentra, son quienes nos metieron en él los
que deben hacerlo. Hágame caso: Eliot Ness y corruptos, miserables y sinvergüenzas a la
cárcel. Sean quienes sean y se llamen como se llamen, porque la Constitución
dice que todos somos iguales ante la ley. No sea usted quien quebrante esta
ley. A partir de ese momento volveré a creer en la política y sus representantes.
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