Estos políticos españoles son la
caña.
Miren que con la que está cayendo hay razones más que sobradas para enfadarse cada mañana al abrir el periódico, y
ver en primera plana que la jueza Alaya va a enjaular algún nuevo pájaro
implicado en el reparto fraudulento de los ERE. Pasas la hoja y te das de
bruces con una fotografía de Bárcenas fumándose un puro en la cárcel con total
tranquilidad. O esperas con angustia el fallo del caso Faisán. O te ha tomado
el pelo los del COI y nos dejaron con
cara de tontos y sin Juegos Olímpicos. Cualquiera de estas noticias y muchas
más que suceden cada día, pueden ser motivo de cabreo.
¡Pues no! Al jefe de la oposición
lo que le ha enfadado es que la presidenta de la cámara, señora Villalobos, se
dirigió a él por su primer apellido, Pérez.
Pero vamos a ver D. Alfredo Pérez
Rubalcaba. No debe enfadarse por tal nimiedad, más tratándose de una persona como usted, ya curtido en mil batallas
de otras tantas guerras parlamentarias en las que usted a participado directa
e indirectamente. Además de este asunto de con que nombre se le debe aludir tiene
usted una gran culpa.
Recordemos. En sus comienzos
políticos incorporado al PSOE de Felipe González, ya ha llovido desde entonces,
pues lleva usted en política más que Jordi Hurtado en Saber y Ganar,
(perdónenme el chascarrillo pero no he podido resistirme a chiste tan simple), era
el apellido Rubalcaba su nombre de batalla política. Todos los medios de
comunicación se hacían eco de sus proezas políticas con este nombre, lo que
trajo como consecuencia que Rubalcaba quedara unido inexorablemente al tiempo
de la corruptela, de la banda de los GAL de entonces. Posteriormente, ya con
ZP, continúa desempeñando el papel de muñidor de intrigas y sospechas que usted
maneja con naturalidad asombrosa. Con el mismo nombre de Rubalcaba, en esta
época surgen las sospechas de los pactos con ETA, o del chivatazo del Faisán,
dejando pringados a unos buenos profesionales de policía.
El desastre del gobierno ZP, del
que Rubalcaba también tiene parte de responsabilidad como vicepresidente que era en ese tiempo, le deja a usted fuera de
juego. Ahora es cuando viene el primer desconcierto con su nombre. Ya no quiere
que le llamen Rubalcaba pues recuerda todas las fechorías cometidas por usted
hasta la fecha, y pide a sus compañeros y camaradas que le llamen Alfredo. De
esta manera trata de borrar su pasado y se presenta como una persona nueva, Alfredo. Tan
nueva que después de ocho años con ZP, viendo como se desmorona España, llega a
decir: “se como solucionar el problema”. Si lo sabía, porque no lo dijo cuando
estaba en el poder, hombre de dios.
Y ahora le llaman Pérez. Tengo
una teoría al respecto. Pienso que en vez de enfadarse con la señora
Villalobos, debiera darla las gracias. Me explico. Gracias a esta señora, todos
aquellos, que por desconocer su primer apellido, cruelmente, pusieron en duda
su honor y fama, deberán retractarse y pedirle perdón. Por otro lado, piense
que el apellido Pérez, le tiene usted impoluto y sin amortizar. Aprovéchese de
ello y diga a sus camaradas que de ahora en adelante le llamen Pérez. Quizás de
esta manera pueda despistar a aquellos compañeros que le tienen en el punto de
mira esperando se ponga a tiro para desmontarle del poder y mandarlo , como a
su antecesor, a mirar nubes.
Hágame caso. El Alfredo comienza
a oler a chamusquina. De ahora en adelante Pérez.
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