Otra Diada
nacional-independentista en memoria del quimérico héroe Casanovas, baluarte del
secesionismo enfermizo de una parte de la sociedad catalana. Una facción del
pueblo catalán que aunque no sea multitudinaria, es profundamente propagandista y reivindicativa.
Algo que el gobierno español, dirigido por el señor Rajoy con una mayoría
absoluta, debiera plantearse la posibilidad de terminar de una vez por todas
con la postura chulesca y difamadora de una serie de energúmenos que queman
banderas de España y fotografías del rey con total impunidad y el beneplácito
de los Mossos d´Esquadra.
No entraré en la guerra del
número de participantes en la formación de la cadena independentista. Me da lo
mismo que sean un millón o cuatrocientas mil las personas que han acudido a la
llamada secesionista, lo que me preocupa e inquieta es que en Cataluña hay un
problema ciudadano grave, que debido a la dejadez cobarde de los distintos gobiernos españoles, cada
año va en aumento y hasta la fecha ninguno de ellos, ha tenido el valor de
cortar de raíz, las constantes manifestaciones anticonstitucionales.
La inanidad de nuestros
gobernantes, más preocupados, de sus corruptelas y de la forma de mantenerse en
el poder, que de gobernar, son los culpables de esta situación. La dejadez y el
mutismo del gobierno español, ha dado alas a los independentistas, situándolos
en un lugar del que ahora es difícil sacarles para colocarles en el lugar del
que no debieron salir nunca.
Aún estamos a tiempo. Alguna vez
hay que decir basta. Los ciudadanos, que en estos momentos de crisis estamos
haciendo ímprobos sacrificios para salir adelante, necesitamos ver un gobierno
fuerte al que no le tiemble la mano a la hora de aplicar justicia. Ya no vale
el cuento de la negociación. Ese truco ya está sabido. Lo que los nacionalistas
llaman negociación, no es otra cosa que un chantaje permanente. No se puede
estar constantemente cediendo a las locas vanidades de una minoría de ilusos que
utilizan el victimismo como fuente de ingresos para, a nuestra costa, sacar
adelante los aires de grandeza que están acabando con Cataluña y, si no lo
remediamos, con España.
Para solucionar de una vez por
todas este problema hay dos caminos. Uno; aplicar los artículos de la
constitución y las leyes pertinentes al caso autonómico. Incluyendo la
suspensión de la autonomía si fuera necesario. Dos; hacer el referéndum que
piden. Y que escojan si lo desean solo en Cataluña o en toda España.
Si de verdad quieren ser independientes, lo mejor es que se haga en
toda España. Seguro que se llevaban una sorpresa. Porque estos cara dura, en su
loca soberbia no se han parado a pensar que no solo son ellos los que quieren
separarse de España, también hay muchos españoles que estamos hasta las narices
de aguantar sus insultos mentiras e improperios.
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