domingo, 15 de septiembre de 2013

La cadena catalana.

Otra Diada nacional-independentista en memoria del quimérico héroe Casanovas, baluarte del secesionismo enfermizo de una parte de la sociedad catalana. Una facción del pueblo catalán que aunque no sea multitudinaria, es  profundamente propagandista y reivindicativa. Algo que el gobierno español, dirigido por el señor Rajoy con una mayoría absoluta, debiera plantearse la posibilidad de terminar de una vez por todas con la postura chulesca y difamadora de una serie de energúmenos que queman banderas de España y fotografías del rey con total impunidad y el beneplácito de los Mossos d´Esquadra.

No entraré en la guerra del número de participantes en la formación de la cadena independentista. Me da lo mismo que sean un millón o cuatrocientas mil las personas que han acudido a la llamada secesionista, lo que me preocupa e inquieta es que en Cataluña hay un problema ciudadano grave, que debido a la dejadez cobarde  de los distintos gobiernos españoles, cada año va en aumento y hasta la fecha ninguno de ellos, ha tenido el valor de cortar de raíz, las constantes manifestaciones anticonstitucionales.
La inanidad de nuestros gobernantes, más preocupados, de sus corruptelas y de la forma de mantenerse en el poder, que de gobernar, son los culpables de esta situación. La dejadez y el mutismo del gobierno español, ha dado alas a los independentistas, situándolos en un lugar del que ahora es difícil sacarles para colocarles en el lugar del que no debieron salir nunca.

Aún estamos a tiempo. Alguna vez hay que decir basta. Los ciudadanos, que en estos momentos de crisis estamos haciendo ímprobos sacrificios para salir adelante, necesitamos ver un gobierno fuerte al que no le tiemble la mano a la hora de aplicar justicia. Ya no vale el cuento de la negociación. Ese truco ya está sabido. Lo que los nacionalistas llaman negociación, no es otra cosa que un chantaje permanente. No se puede estar constantemente cediendo a las locas vanidades de una minoría de ilusos que utilizan el victimismo como fuente de ingresos para, a nuestra costa, sacar adelante los aires de grandeza que están acabando con Cataluña y, si no lo remediamos, con España.

Para solucionar de una vez por todas este problema hay dos caminos. Uno; aplicar los artículos de la constitución y las leyes pertinentes al caso autonómico. Incluyendo la suspensión de la autonomía si fuera necesario. Dos; hacer el referéndum que piden. Y que escojan si lo desean solo en Cataluña o en toda España.


Si de verdad quieren ser  independientes, lo mejor es que se haga en toda España. Seguro que se llevaban una sorpresa. Porque estos cara dura, en su loca soberbia no se han parado a pensar que no solo son ellos los que quieren separarse de España, también hay muchos españoles que estamos hasta las narices de aguantar sus insultos mentiras e improperios.

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