sábado, 21 de septiembre de 2013

La jueza estrella argentina.

Es asombroso hasta donde puede llegar el ser humano para poner notoriedad en su monótono día a día. Hay personas sin moral ni escrúpulos, con ínfima educación académica y nulo sentido de la dignidad que venden su vida privada con total bajeza por un puñado de euros y unos minutos de efímera fama. Solo hay que conectar alguna cadena de TV para ver la degradación a la que se somete este tipo de individuos. Dan pena. Incluso, en algunas ocasiones te mueven al perdón. De esta jarcia no se puede esperar otra cosa, solo degradación e ignominia.

Pero la cosa cambia cuando quien busca la fama, el estrellato y el aplauso hasta la idolatría a cualquier precio, es una persona de estudios universitarios, con una formación  moral contrastada, juiciosa, sensata y comedida. Estas cualidades la han llevado a desempeñar un cargo de alta  responsabilidad dentro de la sociedad. En esta ocasión,  un personaje de esta prosapia no merece el perdón ni la más mínima comprensión del resto de sus conciudadanos.

Me refiero a su señoría Doña. María Romilda  Servini de Cubría. Jueza argentina que está a cargo del Juzgado Federal nº 1 de la Capital Federal. Esta emuladora del juez Garzón, al igual que este, se le ha ocurrido pedir a la ITERPOL la detención y extradición a la Argentina de cuatro individuos, colaboradores del franquísmo durante la dictadura,  por delitos de represión 

Parece ser que esta "noble" letrada busca la fama y el reconocimiento internacional a costa de resucitar el doloroso pasado que nuestros padres y abuelos tuvieron que sufrir. Primero, con una guerra fraticida en la que perdieron todos, y luego en una posguerra miserable en la que los ganadores impusieron la ley y orden, que los perdedores tuvieron que soportar y sufrir. Utilizar los malos recuerdos y las pesadillas de toda una nación para conseguir un titular de prensa y mediante la publicidad que esta otorga querer llegar a la fama, me parece una vileza inconmensurable solo propia de mentes mezquinas y ruines.

Quiero decirle a su señoría que los españoles, allá por el 75, promovimos una transición que fue, y es considerada ejemplar por el mundo entero. Y que en nuestra  constitución nos concedimos un perdón y una amnistía general que buscaba olvidar las malas obras del pasado y ganarnos, todos juntos, el futuro.

Como veo que usted tiene poco que hacer, le puedo aconsejar algún trabajito. O mejor dicho; uno solo que le va a llevar más tiempo que andar buscando viejos fantasmas franquistas ya decrépitos, o tal vez muertos. Además lo tiene usted cerca y no hace falta que pide la extradiciónes. Investigue usted a la familia Kichner y su presidenta doña Cristina. Le prometo que le va a resultar apasionante. Los arrestos que usted demuestra buscando entre la basura del pasado, que todos los españoles de buena fe queremos olvidad, demuéstrelos sacando a la luz el inmenso patrimonio que doña Cristina y sus allegados están haciendo a costa de todos los chanchullos, robos y expropiaciones ilegales que están haciendo al pueblo argentino. Eso sería un acto patriótico y noble que la catapultaría a usted al estrellato. Esta es la autentica fama y no la de andar buscando tumbas y muertos de otro país. Por cierto, también puede buscarlos por su casa en los ratos libres que le deje la ardua tarea de desenmascarar a la pléllade de cacos que se esconden en la Casa Rosada.No copie usted a Garzón. Ya sabe que hay un refrán en España que dice: “el que la copia la mama”


Deje usted de mamarla doña María. Sea  una señora a pesar de todo.

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