La lista de golfos en este reino
parece no tener fin. Ahora le toca a don Rodrigo Rato retratarse ante los
sufridos arruinados españoles. Otro político más que ha sucumbido ante la
atracción del dinero fácil. Otro granuja más que se une al elenco de la
tragicomedia nacional.
De un corto tiempo para acá están
empezando a caer los peces gordos de la política española. Los que debieran
infundir en el pueblo, confianza y fe para continuar con el sacrificio diario
que supone sacar el país adelante sin morir en el intento. Roban los bancos, y
los sufridos ciudadanos, por iniciativa de los mismos ladrones, nos aprestamos
a ayudarles con nuestros escasos caudales. Mientras, los rufianes se
enzarzan en mil peleas legales para no
devolver lo robado ni acabar en la cárcel. Lugar reservado solo para rateros de
poca monta que roban un supermercado para dar de comer a su familia.
Ahora ha caído Rodrigo Rato en las garras de la
justicia. Pero éste no es uno más de los chanchulleros imputados hasta el momento.
Este señor fue ministro de economía en el gobierno milagro de Aznar y director
general del Fondo Monetario Internacional. Casi nada. De ser todo un ejemplo
para España y Europa, a pasado a formar parte del “prestigioso” grupo de los
Barcena, Blesa, Pujol y su mafiosa familia, Urdangarín y su esposa Real, Chávez,
Griñán, la incomparable Magadalena Álvarez (Maleni. “Antes muerta que “dobla”)
y demás chorizos de menor nombre pero de igual criminalidad.
Ninguno de ellos tiene prisa en
solucionar sus casos, que se pueden eternizar en los juzgados por los siglos de
los siglos. Aún recuerdo a “Los Albertos”. Aquel par de delincuentes, (digo
delincuentes porque fueron juzgados y condenados a pagar 10,8 millones de € mas
unos intereses legales de 14 millones más.) que durante 21 años se pasearon con
sus gabardinas por entre nosotros con la mayor impunidad.
Los que están encantados de la
vida son los Blesa y compañía. Ahora la goma es para el nuevo mono mediático,
don Rodrigo, de esta forma sus casos se olvidad fácilmente. Ya pueden continuar
con su vida. Y cuando quiera salir sus juicios los más viejos, igual ni están.
“La justicia es un cachondeo”.
Que razón tenía don Pedro Pacheco.
No esta bien tomar tanto el pelo a
un pueblo, porque se corre el riesgo de exacerbar los ánimos de las extremas,
siempre dispuestas a la revuelta y el desorden, por culpa de unos sinvergüenzas
que no merecen ni el pan que comen a costa de quitárselo a los demás. Que somos
la mayoría. No lo olviden, España es de todos, ustedes solo son unos mandados.
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