domingo, 26 de noviembre de 2017

Las Puchi- sandeces.

El ridículo que Puigdemont está haciendo pasar a Cataluña por Europa, con sus sandeces y mentiras  ridículas que solo se creen sus tercermundistas  amigos del “oprimido” pueblo Flamenco y los aldeanos catalanes, tiene a los independentistas al borde de la risión de  los europeos  sensatos y consecuentes. Es patético y esperpéntico ver en las televisiones europeas  a un Puigdemont  haciéndose el mártir, elegido por el altísimo,  para regir los destinos de Cataluña. Su demencia  ha llegado de  extremos galácticos  a un devaneo de locuras incoherentes como pedir que Bélgica juzgue  a la justicia española. ¿Pero quién es Bélgica para juzgar a  un país soberano como España? ¿Pero a tanto puede llegar la extravagante  chifladura de este individuo? Si usted ya no es nadie, no representa a nadie. Así todo en su situación de delincuente, se atreve a pedirle a Rajoy una entrevista para lograr un entendimiento político. Pero si usted solo puede dirigirse al juez para ser juzgado por golpista y traidor a la patria, que le  ha sustentado hasta la fecha.
Sus sandeces de soberbia han llegado a pedir que los catalanes voten si quieren seguir en la UE  o también independizarse de ella. Después de esto lo mejor es que se quede en Bélgica para siempre o hasta que este  inope país se de cuenta de lo que tiene en casa, ¡Ah! Y que no se preocupen por las cárceles Españolas, que son más modernas que las suyas y más competentes, además este individuo no va  a la cárcel. Irá a un psiquiátrico con el tiro que tiene.
A  este personaje de opereta bufa, hay que incapacitarle a perpetuidad, no se puede ni Cataluña ni el Estado mantener a semejante pirado en cualquier cargo público.

Al país que le recoge le preguntaría ¿que moralidad política tiene para permitir que un delincuente de esta guisa, traidor a una nación amiga y socia en la UE, se le permita hacer campaña electoral en su territorio? Piénsenlo  y no se hagan reos de su culpabilidad, artistas.                        

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