domingo, 7 de octubre de 2018

Pedir perdón al asesino.


La paranoia de los golpistas catalanes ha llegado a cotas tan altas e incongruentes que ahora piden, que el Estado español pida perdón al criminal  Companys, un sedicioso con más de 8.000 muertos a sus espaldas, de las cuales 400 fueron ordenadas y firmadas por él mismo. ¿El delito de estos pobres desgraciados? Ser sacerdotes, creyentes o empresarios de familias significadas de Cataluña.
Este asesino mediocre y ruin animó a la revuelta armada, proveyendo de fusiles  a los milicianos de la CNT y ERC y arengándoles para que mataran a todo aquel que no fuera independentista o sospechoso de no serlo. Preparó un alzamiento armado que solo duró unas horas, pues en cuanto oyeron el primer cañonazo, todos abandonaron la Generalitat huyendo, como ratas, por las alcantarillas, cosa esta muy típica de estos “valientes”  que hacen siempre lo del capitán araña, que embarcan a todo el mundo y ellos, cobardemente, se quedan en tierra. Tardó 18 años en acabar la carrera de derecho, oficio que luego utilizó para defender a los pistoleros criminales de la CNT.
Fue difícil encontrar tumbas comunes, entre otras cosas porque la cheka que fundó, tiraba los cadáveres al horno de una cementera desapareciendo para siempre y dejando a los familiares sin saber más de sus parientes. Debiera tomar nota la memoria histórica y mandar a alguien a investigar este asunto, no todo van a ser fosas comunes franquistas.
Este homicida, fratricida, parricida y demás adjetivos calificativos que califican con la mayor consistencia a esta sabandija inhumana es la rata a la que los secesionistas catalanes quieren que España pida perdón. Solo un  pueblo enfermo puede pedir enaltecer a semejante criminal. ¿Qué se puede esperar de esta gente de  condición tan miserable?
Viendo esto y como se comportan de forma tan mezquina, para solucionar el problema un cañonazo y todos      a correr por las cloacas. 

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